Vitoria. El verano se acerca y con él también el tiempo para el descanso. Eso también es aplicable a la galería Felisa Navarro. Eso sí, antes de bajar la persiana por esta temporada, la sala de la calle Cercas Bajas inauguró ayer una nueva exposición, que permanecerá abierta al público hasta el próximo 14 de julio. Esta vez, sin embargo, no se trata de una muestra colectiva, algo que el espacio suele organizar siempre que llega el momento del adiós momentáneo. En este caso, el protagonismo cae de forma exclusiva en una artista, en concreto, en Ángela Silva Díez.
Espacios soñados es el paraguas bajo el que se esconden 16 cuadros, un pequeño pero significativo resumen de los últimos cuatro años de la autora nacida en Paredes de Nava, aunque sea una gasteiztarra más desde que tenía seis años. Óleos tanto sobre tela como sobre tabla componen este recorrido teñido de azul que, como el propio título indica, tiene mucho que ver con esos otros mundos que habitan en la mente, aunque, en este caso, el punto de partida sea la realidad, las vivencias de cada día, los paisajes...
Cada una de las creaciones tiene su historia detrás, algo íntimo que queda para la artista. Ahora es el momento de los ojos de otros, y lo único que Silva Díez espera es que el espectador "quiera venir conmigo a cada uno de los cuadros, que se introduzca en ellos y a partir de ahí, que pase lo que tenga que ser", comenta la autora, que reconoce que le gustaría escuchar cada comentario que pueda surgir durante estas semanas de exposición sobre su trabajo.
Colores y formas se entremezclan para caminar por escenarios diferentes dentro de una muestra en la que cada detalle es importante, desde el título de las pinturas hasta cómo están enmarcadas (fomentando la sensación de relieve). Es imposible concentrar cuatro años de trabajo, pero en Espacios solados, la artista incluso se atreve a dejar una pincelada de su labor más actual.