madrid. Mario Vargas Llosa y Arturo Pérez Reverte, dos escritores reconocidos internacionalmente, han hecho una incursión en el mundo infantil para darse a conocer entre los pequeños lectores con las historias de Fonchito y la luna y El pequeño hoplita, respectivamente.

Ambos títulos inician una colección de Alfaguara Infantil con la que se pretende acercar a los más pequeños la obra de grandes autores, por lo que próximamente se incorporarán a la misma otras historias contadas por escritores como Javier Marías, Antonio Muñoz Molina o Eduardo Mendoza.

Para el peruano Vargas Llosa, presente ayer junto a Pérez Reverte en la presentación de los dos primeros libros de la colección, el cuento de Fonchito y la luna es la materialización "de un viejo anhelo", ya que reconoció que se consideraba incapaz de escribir este género porque lo intentó hace muchos años y finalmente tuvo que desistir. "No sabía; era un género muy difícil, demasiado ajeno a mí, y no creía una palabra de lo que escribía", aseguró el escritor, quien subrayó que llegó a pensar "que nunca más lo intentaría", por lo que cuando la editora de Alfaguara le propuso escribir un cuento le respondió: "No me salen los cuentos para niños". Sin embargo, se puso a darle vueltas a la cabeza y en la misma apareció Don Rigoberto, viejo personaje de sus novelas y padre de Fonchito, "y la historia terminó por imponerse", ha afirmado el escritor.

Arturo Pérez Reverte, que ha ideado y coordinado la colección, aseguró que surgió "por casualidad", con la intención de dar a conocer en el mundo infantil a grandes autores literarios "desconocidos para los niños", y pensó que iniciar los títulos con Vargas Llosa era hacerlo con "la joya de la corona" de Alfaguara. El pequeño hoplita es, según su autor, una historia de "mucho valor y coraje", de guerreros de Esparta y su lucha contra los persas, argumentos -dijo- "no muy frecuentes en los libros para niños". "Detesto el libro escrito para niños como si fueran bobos", señaló el escritor, quien indicó que éstos "son más listos que los adultos y no se les puede engañar".

Ambos autores destacaron que guardan de su infancia un recuerdo muy especial de Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, con cuyas aventuras disfrutaron y lloraron de niños. Para ambos la "prueba de fuego" de la aceptación de sus historias ha sido su lectura por parte de Aitana, nieta de Vargas Llosa, y los hijos de Fernando Vicente, ilustrador de El pequeño hoplita, quienes hicieron las veces de editores poniendo pegas a lo que no les gustaba y finalmente dieron el visto bueno.