"El mitin es la deformación hispánica del meeting, que significa encontrarse. Pero en los mítines los políticos sólo se encuentran consigo mismos. O su súper ego, mejor dicho. Dan el mitin para los fieles. Ya nadie predica en el desierto, salvo los vendedores a domicilio o los comerciales que telefonean a deshoras. Así que los políticos en el mitin del domingo parecen humoristas que cuentan chistes a tipos que ya se los saben".