Más de 1.500 personas tocaron ayer en la madrileña sala La Riviera junto al grupo de pop rock indie catalán Love of Lesbian, en una experiencia pionera, denominada Tenemos un grupazo, promovida por CAMON (plataforma cultural en internet de Caja Mediterráneo), que logró romper las barreras entre público y artista, en un intento de reinventar el directo. Poco antes de comenzar el concierto, entre partituras por el suelo y justo bajo el escenario, en un zona vallada, cientos de personas llegadas de toda España ensayaban junto a la banda con diversos instrumentos, en su mayoría guitarras, pero también violines, ukeleles, panderetas y hasta un chelo.
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