Vitoria. Decía la fotógrafa Ana Nieto cuando esta aventura se puso en marcha que para si hubiera querido oportunidades como ésta cuando ella daba sus primeros pasos creativos. Razón no le faltaba. No es nada sencillo comenzar y abrirse un hueco, y mucho menos poder hacerlo acompañado, siendo asesorado y aconsejado por profesionales de trayectoria. Pero a veces las cosas cambian y alguna puerta se abre. Entonces, es necesario trabajo y también un poco de suerte para poder cruzar el marco y aprovechar el momento, no sea que no se vuelva a producir.
El resultado final se ha bautizado como Tetrapack, una exposición colectiva que se inaugurará hoy y que se podrá visitar en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa hasta el próximo 9 de abril. Pero antes de llegar aquí, el camino ha sido largo.
El año pasado se puso en marcha el certamen fotográfico Gazte Klik. La idea, sobre el papel, era sencilla: un concurso, coordinado por Nieto, que diera la oportunidad a jóvenes creadores menores de 25 años. ¿Otra competición más? No, la importancia de esta cita radicaba, sobre todo, en el premio: la oportunidad para los ganadores de producir su primera muestra profesional.
Blanca Quintana, Ania Ortiz de Lejarazu, Irene Orozko y Yone Estibariz fueron las elegidas. No lo tuvieron fácil porque casi se presentó medio centenar de personas a la llamada. Eso sí, fue darse a conocer el palmarés (a principios de noviembre pasado) y comenzar la cuenta atrás para llegar hasta la inauguración de esta tarde.
La labor ha sido intensa. Pero el resultado, por lo menos para ellas, ha merecido la pena. Ahora es el momento de los otros, de un público que cuando entre en la sala de exposiciones se encontrará con cuatro mundos diferentes, con lenguajes y temáticas distintas.
Eso sí, su premio no se queda sólo en enseñar. A cada una se le ha editado un catálogo específico (la promoción también es importante) y las cuatro cuentan con tutorías individualizadas de fotógrafos como Jaizki Fontaneda o Iñigo Beristain. Galardones así es complicado evaluarnos en dinero.
Para que todo esto esté siendo posible detrás de Nieto están el Proyecto Amarika, Krea, el Campus de Álava, Gauekoak, el Ayuntamiento de Gasteiz y la Diputación, además de otros artistas que, de una forma u otra, han colaborado en distintos momentos del proceso.
"Han trabajado realmente bien. Han sido tres meses muy intensos pero que han dado mucho de sí", comenta ahora Nieto, consciente de que "ha sido una experiencia muy positiva en la que yo, probablemente, he aprendido más de ellas que al contrario". Y eso que el contacto con las cuatro ha tenido sus dificultades ya que la fotógrafa ha estado un tiempo en Madrid y Quintana ha estado residiendo en Milán. Pero es lo que tienen las nuevas tecnologías, que gracias a ellas las distancias no existen.
A la vista Pero sería injusto tratar a Tetrapack como un simple premio, como si llegado el último día del curso se produjese el momento de presentar el trabajo final ante familiares y conocidos. No. En este caso, por poner un ejemplo, habría que buscar un símil en la música, como cuando dos o tres grupos que están empezando comparten la edición de un disco en el que incluyen varias canciones de cada uno para evitarse gastos y aprovechar la promoción conjunta (son unas cuantas las bandas que en su momento eligieron ese camino y hoy pueden estar más que satisfechas por haberlo hecho).
Sin ser de forma exacta lo mismo, esta muestra sigue esa filosofía. Ellas son jóvenes y seguro que les queda mucho por aprender, pero eso no significa que les falte calidad o talento. Todo lo contrario. Sólo necesitan una oportunidad y ahora la tienen entre las manos. Después, ya se verá.
"Creo que ninguna esperábamos todo lo que está pasando". La que habla es Blanca Quintana, autora gasteiztarra que presenta ¿Condiciones adversas? Condiciones propicias. "Ha sido una muy buena oportunidad para aprender a trabajar y además hacerlo a distancia", explica, ya que la creadora gasteiztarra ha hecho gran parte del proceso desde Italia.
Su propuesta se fija en esos pequeños mundos que se crean en las ciudades, momentos que pasan desapercibidos. El agua y el aire son sus dos instrumentos esenciales, herramientas que crean imágenes que parecen imposibles pero que son muy reales.
"Hemos tenido un poco de estrés", reconoce Yone Estibariz Urraca, que acude a esta muestra colectiva con la propuesta Secuencias. La artista vitoriana, que ya sabe lo que es exponerse, presenta aquí varias series, pequeñas historias cotidianas que toman aquí otra relevancia.
Admite que "ha sido complicado coordinar todo", pero sus cuentos fotográficos responden con exactitud a lo buscado por la autora. Momentos en casa, en la calle, en un bar, instantes de pudor componen una visión dividida a su vez en varias instantáneas.
"Ha sido difícil sobre todo porque no quería caer en lo típico de hacer un reportaje musical". Ese era el objetivo de Ania Ortiz de Lejarazu, que toma para el título de su producción el nombre de un joven grupo alavés, Turboneskak.
Y es que la autora vitoriana no buscaba tomar imágenes de conciertos, sino mirar detrás del escenario, captar la vida de un combo de mujeres rockeras que está dando sus primeros pasos. "No es tan fácil como algunos piensan moverse dentro del mundillo de la música y menos para un grupo de chicas y eso era algo que me atraía mucho", apunta la fotógrafa.
Cierra el recorrido la autora barakaldesa Irene Orozko. "Ha sido un poco costoso porque he contado con personas que, claro, no eran modelos profesionales, había que buscar el momento indicado, el vestuario...", describe para presentar Alternate realities.
La intención de la artista pasa por retomar escenas de diferentes películas para reinterpretarlas desde una perspectiva fantástica. No se trata de presentar una serie de retratos, sino de dar un giro a diferentes momentos cinematográficos para verlos de formas alternativas, igual que el resto de momentos de la vida.
Satisfacción Detrás de sus imágenes hay muchos instantes y seguro que demasiadas horas de trabajo, pero las cuatro coinciden al señalar que, ante todo, han quedado satisfechas con lo presentado ante el público. Una idea que comparte la comisaria de su labor.
"Estamos ante trabajos de calidad de gente joven que puede ofrecer cosas interesantes en el futuro", admite Nieto. Tal vez consigan hacerse un hueco importante como el que ya se ha cultivado la joven pero curtida fotógrafa vitoriana.
La apertura oficial de la muestra tendrá lugar esta tarde. A partir de ahí, las imágenes serán para otros ojos. Sus creadoras perderán, en cierto sentido, la posesión. Y así darán un paso importante y profesional dentro de un futuro que ya se está dibujando.
l Irene Orozko. "Alternate realities" es la propuesta de la fotógrafa de Barakaldo, una reinterpretación alternativa de algunas películas. Ficción, realidad y fantasía se mezclan en una serie más amplia, aunque ahora sólo se muestre una parte.
l Ania Ortiz de Lejarazu. "Turboneskak" no es un simple retrato del grupo de rock de Vitoria. La creadora gasteiztarra mira detrás de los escenarios para seguir la vida de una formación joven compuesta sólo por mujeres.
l Yone Estibariz Urraca. "Secuencias" presenta varias historias cotidianas, distintas imágenes recogidas en una misma imagen que relatan historias, momentos y sensaciones. La joven creadora alavesa juega aquí con lo "habitual" para llevarlo a otro plano.
l Blanca Quintana. "¿Condiciones adversas? Condiciones propicias" es el título del trabajo presentado por la autora vitoriana, quien juega en sus instantáneas con el agua, el aire y la ciudad para crear pequeños mundos que parecen imposibles.