madrid. Si sus primeros trabajos recuperaron el jazz para las nuevas generaciones, ahora Jamie Cullum se lanza a "la música del siglo XXI" con The pursuit, un álbum que aúna "elementos modernos y clásicos" y que el cantante publica después de cuatro años de silencio artístico.

"Quería volver a sentirme creativo sin que hubiera motivos comerciales de por medio", manifiesta a Efe el pianista, que, tras dos años de "descanso" y experimentación musical, consideró que ya había reunido "suficientes buenas ideas" como para hacer "un gran disco". Cullum ha plasmado esos novedosos conceptos en The pursuit, un trabajo que combina "el mundo del jazz con el del pop y el rock" y que el músico define como "el más moderno" de cuantos componen su discografía. "He jugado con la sinergia entre diferentes estilos..., y creo que funciona", asegura al tiempo que se santigua. Aunque "antes" le asustaba "mezclar géneros distintos", Jamie Cullum asevera que ya no siente "la necesidad de complacer a nadie", por lo que su único objetivo en la actualidad es "hacer cosas poderosas y excitantes". "Por primera vez en mi vida, he tenido la suficiente confianza para abrazar todas mis influencias", ratifica el artista, liberado de "los temores" que, en el pasado, atenazaron su creatividad.

como un niño El cantante ha pasado de Twentysomething a la treintena, pero no por ello se considera "más maduro". "Si este álbum refleja algo, es precisamente mi inmadurez", estima el músico, que durante la grabación de The pursuit disfrutó "como un niño en una tienda de juguetes". "Me prometí que en este disco haría todo lo que me diera la gana", afirma Cullum sobre un álbum en el que también aprecia cierto desarrollo personal y profesional. "He mejorado mi voz, mi técnica al piano y mi capacidad para componer", resume.

Esa evolución se recoge en The pursuit (Universal), un compendio de doce composiciones en las que el amor tiene una notable protagonismo. "Creo que siempre he sido un romántico", concluye el pianista con un gesto de divertida resignación.

La enorme carga emotiva del disco, que se paladea en canciones como I"m all over it o You and me are gone, responde a una sencilla razón: la relación sentimental que Jamie Cullum mantiene, desde 2007, con la modelo Sophie Dahl, nieta del escritor Roald Dahl y con la que tiene previsto casarse en 2010. "Este disco lo compuse al poco de enamorarme, y creo que experimentar cualquier emoción fuerte influye en tu trabajo", razona sobre una avalancha sentimental a la que no se puede hacer frente, ya que sería como "intentar detener un tsunami".

Con un conocido gusto por las versiones, Jamie Cullum no ha podido resistir la tentación de regresar a Cole Porter, el compositor estadounidense del que ya incluyó varios temas en sus anteriores trabajos. "Es un genio", proclama cuando se refiere al autor de Just one of those things, composición que abre The pursuit. No menos llamativa es la versión de Don"t stop the music, un éxito propiedad de la cantante Rihanna y de la que Cullum quedó prendado "por su letra". "Me encantan las canciones que tratan sobre la música, y ésta se metió en mi cerebro, bajó por mis manos y terminó saliendo por la punta de mis dedos", declara.