Fernando Tejero y Julián Villagrán y su Piedras en los bolsillos pusieron ayer por la noche el punto y final al XXXIV Festival Internacional de Teatro de Vitoria. Bueno, lo hicieron, en realidad, para el público adulto. Y es que a los espectadores más pequeños, que por otra parte son los más fieles al certamen gasteiztarra con una media de ocupación de los montajes de casi el 100% (y no es un decir), todavía les quedan algunas citas en el calendario. La escena sigue abierta.
Así estarán hoy y mañana las tablas del Federico García Lorca, ubicadas en el centro cívico Lakua, con la inauguración de una nueva edición del Proyecto Bebés, un espacio dirigido a menores de entre 1 y 3 años en la que representaciones y talleres especiales se van conjugando. Compañías y profesionales de Andalucía, Italia, Austria, Bélgica, Madrid y la propia Vitoria acudirán tanto este fin de semana como el próximo para participar en una propuesta creada y desarrollada a medias entre la organización del Festival Internacional de Teatro y el grupo Paraíso.
Desde la puesta en marcha en 2005 de esta iniciativa, la aceptación ha sido plena. Todas las ediciones han colgado el cartel de completo incluso bastante tiempo antes de su comienzo. Y este 2009 no va a ser ninguna excepción ya que no queda ni una sola entrada para las representaciones ni tampoco plazas para los talleres programados. Es cierto que los aforos son limitados, pero también lo es que el esfuerzo realizado, sobre todo, por la compañía nacida en Abetxuko tiene un peso importante en el éxito de la programación. Una labor, además, que tiene su reconocimiento fuera de Gasteiz.
LaSal Teatro será el grupo encargado de iniciar hoy el camino con dos sesiones de su montaje Lalú. El relevo lo tomará mañana Cordula Noseek-Dachtheatre y La Robe, también con dos representaciones. Además, este primer fin de semana se desarrollarán los talleres previstos este año. El primero, El cuerpo cuenta, pretende unir a progenitores e hijos mediante el juego y la imaginación. El segundo, Pequeño museo, acercará a los pequeños asistentes a imágenes de obras de arte en busca de la estimulación de sus sentidos.
Ya dentro de siete días, La Casa Incierta ofrecerá Anda (el sábado a las 12.30 y a las 18.30 horas), y Théâtre de la Guimbarde y Theater de Spiegel mostrarán Bramborry (con los mismos horarios pero ya el domingo).
Como de costumbre en estos casos, los espectáculos no superarán los 35 minutos. En todos ellos, el juego y la provocación de los sentidos a través de diferentes sonidos, luces y objetos serán la base del trabajo. Aquí no importa tanto la palabra o que detrás esté una historia con principio y final. De hecho, es todo lo contrario.
El estímulo es la parte fundamental de una labor que sigue siendo minoritaria incluso para muchos sectores de las propias artes escénicas pero que cada vez está tomando mayor peso en escenarios europeos. Un campo en el que Paraíso ha dado ya pasos importantes, colaborando con compañías de referencia en el Viejo Continente y ofreciendo propuestas artísticas que le han valido varios reconocimientos y poder actuar en diversos países.
Un camino que ha encontrando en el Festival Internacional de Teatro de Gasteiz, de la mano de Marta Monfort, una plataforma adecuada para encontrarse con el público de su propia ciudad, al que además le puede ofrecer cada año un variado plantel de citas.
No tan pequeños De todas formas, el certamen alavés también tiene otro encuentro pendiente con el público infantil, eso sí con los que tienen más de cinco años. Será el que se produzca mañana en el Principal para despedir la programación familiar, aunque como en los casos anteriores, el que no tenga la entrada en la mano puede ir despidiéndose porque está todo vendido a falta de las últimas butacas que el escenario de la calle San Prudencio siempre se guarda para el último momento.
Aquellos que crucen sus puertas a partir de las 18.00 horas se dejarán llevar por unos viejos conocidos, la compañía valenciana Ananda Dansa. El grupo regresa a Vitoria para presentar El circo de la mujer serpiente, una mezcla de danza, clowns, humor, ilusionismo y circo que busca divertir pero también abrir una puerta a la reflexión sobre lo diferente.