Si a cualquiera de nosotros nos dicen que nuestro negocio acumula unas pérdidas de 53 millones de euros desde su creación, a la mayoría nos daría directamente un síncope. Si la persona que recibe esa fatídica noticia es Victoria Beckham, pues le importa… hasta cierto punto. ¿Por qué? Pues porque consiga o no reflotar su marca de moda las finanzas del matrimonio Beckham no peligran. Según The Times, la pareja posee casi 400 millones de euros, para The Mirror la cifra asciende a 750 millones y Forbes calcula que solo David habría acumulado unos 800 millones.
La firma de Victoria Beckham nunca ha terminado de arrancar económicamente. Una auditoría reveló que en 2019 sufrió pérdidas por valor de 13,65 millones de euros, a lo que habría que sumar las cifras de un desastroso 2020, año de la pandemia, en el que Victoria ya tuvo que pedir ayuda económica al Gobierno para realizar un ERTE a su personal, algo que finalmente retiró tras ser muy criticada, teniendo en cuenta su fortuna personal.
Según los datos que ha publicado el Daily Mail, esas pérdidas, sumadas a todas las de los años anteriores y sin tener en cuenta el 2020, daría un total acumulado de 53,20 millones de euros desde su inicio.
Pero ojo, porque la exSpice no está dispuesta a echar la persiana a su negocio, y de hecho no lo ha pensado en ningún momento. La diseñadora, de 47 años, se ha puesto manos a la obra para sacarlo adelante. La mujer de David Beckham, quien creó su firma de ropa hace más de trece años, y cuyos diseños han vestido celebrities como Meghan Markle, Olivia Palermo, Demi Moore, Kate Winslet o Letizia Ortiz, ha decidido que hay que tomar medidas y reconducir el camino de la firma... Esta es su estrategia:
* Una línea. Hasta este momento, la marca contaba con dos líneas de ropa: Victoria Beckham, con un precio medio de 1.000 euros, y Victoria by Victoria Beckham, una línea más accesible, que podía rondar los 350. A partir de ahora ambas líneas se fusionarán en una sola, como en sus inicios.
* Más barato. Alguien más, además de mujeres adineradas, podrán vestir de Victoria Beckham. La idea es que las prendas básicas bajen de precio y cuesten entre 350 y 815 euros, una jugada estratégica que intenta dejar atrás los números rojos.
* De ocho colecciones a cuatro. Colecciones muy cuidadas, pero cuatro, nada de ocho como hasta ahora. En la última ya se vieron sobre la pasarela vestidos largos de punto o de satén, pantalones de corte relajado y trajes con toda la feminidad característica de la casa, que llegarán a tiendas a finales de noviembre.
* Apostar por la línea de belleza. Llegó a declarar que desde 2019 “es como tener dos hijas: una hija, la moda, y otra, la belleza”. Y parece que la de la belleza se está buscando mejor la vida, a juzgar por sus resultados. Esta línea engloba productos para el cuidado de la piel y maquillaje.
* También zapatos. Pues sí, desde la próxima primavera podremos no solo vestir VB o utilizar productos de belleza de la marca, sino también calzarnos con ella. “Victoria Beckham se convertirá en una marca completa de estilo de vida y lujo”, insiste la ex Spice Girl. “Tengo 29 millones de seguidores en Instagram a los que puedo llegar inmediatamente. Nuestras oportunidades son enormes”, añade.
Las Spice Girls: Victoria, Emma, Melanie B, Geri y Melanie C.
De cantante a diseñadora
No tiene absolutamente ningún problema en reconocer que cuando era cantante en el exitoso grupo Spice Girls le apagaban el micro cuando actuaba, todo con tal de que no cantara. Lo de los gorgoritos se lo dejaban a sus compañeras Geri, Mel B, Mel C y Emma. De ella solo se esperaba que se paseara por el escenario, que bailara y que luciera palmito con sus prendas ceñidas, vestidos cortos y tejidos llamativos. Atención a esta declaración derrochando amor por sus excompañeras: “Siempre fui la que sentía un mayor amor por la moda, y por ello a las chicas les regalaban la ropa, porque era una basura, y a mí me daban mucho más dinero para poder comprarme vestidos de Gucci”.
Aquella época pasó y pocos pensaron que Victoria se tomaría la revancha por todas y cada una de las veces que le apagaron el micro. Fue uno de sus managers musicales, Simon Fuller, quien le sugirió que trabajara como diseñadora. Lejos de tomárselo a mal, le hizo caso. Tras convertirse en Victoria Beckham, dejarse el Adams por el camino y triunfar en la moda en 2008, no titubeó a la hora de declarar que “quien ríe el último ríe mejor, y ahora mi micrófono está realmente encendido”.
Fue en septiembre de ese año cuando presentó su primera colección en el Waldorf Astoria de Nueva York, y en 2011 recibió el premio a la Mejor Marca del Año en los Premios de la Moda Británica. Desde ese momento parecía que su carrera como diseñadora iba a ser meteórica y exitosa. Pero no, el éxito no ha ido acompañado de buenas cifras. El micro de la moda parece que también se le apaga...
David y Victoria Beckham, con sus cuatro hijos.
¿Madre y trabajadora?
La vida de Victoria ha cambiado mucho desde aquella época en que le apagaban el micro. Ha creado un imperio y es madre de cuatro hijos. Ella dice que compagina familia y carrera y que junto a su marido sigue llevando a los más pequeños, Cruz (16) y Harper (9), al colegio. El hijo mayor, Brooklyn (22), vive en Los Ángeles, y Romeo (18) está a punto de mudarse a Florida, donde su padre tiene un club de fútbol de la MLS, el Inter Miami.
La firma de Victoria Beckham es habitual de las alfombras rojas y desfila dentro de la Semana de la Moda de Nueva York, primero, y Londres después. Ella asegura: “No soy solo una celebrity que aporta su nombre. Me encanta estar involucrada en todo el proceso”. Algo a lo que añade: “Yo soy mi clienta. Todo lo que diseño me quiero poner. No hay una sola prenda en mi colección que yo no llevaría”.
Victoria nació en Inglaterra y cuando alcanzó la mayoría de edad se presentó a un casting y fue elegida para ser una de las cinco chicas picantes. Mientras estuvo en el grupo conoció al futbolista David Beckham y se casó con él. En 2001, y después de solo dos álbumes, las Spice Girls se disolvieron definitivamente y Victoria probó suerte en solitario, pero al igual que le ocurrió al resto de sus compañeras, aquello fue un poco desastroso. De aquella época le queda la fama que alcanzó, una relación de amor odio con las otras cuatro chicas y algún recuerdo como el que colgaba hace poco en sus redes sociales en forma de foto con uno de los momentos más icónicos de las Spice, cuando en 1996 posaron a la orilla de la playa enfundadas en unos bañadores rojos al más puro estilo Los vigilantes de la playa.