Ya lo contó el pasado año al publicar en Estados Unidos unas escandalosas memorias que pronto dieron la vuelta al mundo. La infancia y adolescencia de Demi Moore fueron un terrible mar de lágrimas. Su madre, Virginia King, con la que siempre mantuvo una complicadísima relación, sufrió decenas de adicciones que la llevaron a tener problemas con la ley por piromanía, a vagar (junto a su hija) por parques de autocaravanas de todo el país, e incluso a prostituir a la propia Demi cuando tenía solo 15 años.
Todo ocurrió, rememora la actriz, cuando King accedió a que un hombre violara a su hija por 500 dólares (465 euros). Una espeluznante confesión, sin duda, que dibuja la peor época de la que años después, en la década de los 90 y principios del 2000, se convertiría en la estrella mejor pagada de Hollywood.
Fueron años gloriosos. De fama, dinero y destellos. Muy lejos de sus horribles fantasmas del pasado... ¿O no? Porque a pesar de que rozó el cielo mediático con su sonado noviazgo con Ashton Kutcher, Demi acaba de confesar durante esta cuarentena que no fue tan idílica esa segunda juventud que exprimió junto al guaperas.
Reconoce, de hecho, que hizo muchos excesos para agradarle, como volver a probar el alcohol tras haber permanecido veinte años sobria; o practicar “tríos con dos hombres diferentes” tras verse obligada a cumplir las “viciosas fantasías” de Kutcher.
Además, según Moore, el actor luego lo utilizó todo como excusa (hace falta tener cara) para serle infiel con una amiga de 21 años de su hija Rumer. Lo que parece indicar que el papel de gigoló que interpretó en American Playboy no dista tanto de la realidad.
Pero ella siempre ha contado con la amistad y admiración de su ex marido Bruce Willis. Sin duda, uno de sus grandes apoyos. Con él y con sus tres hijas, a pesar de llevar más de dos décadas divorciados, está viviendo este confinamiento. Una cuarentena vip en un rancho a la que se sumará en breve la actual mujer del actor republicano, Emma Heming, y las dos hijas que tienen en común. Es, en definitiva, la única familia que siempre ha querido y respetado a Demi.