Me han llamado la atención declaraciones de comentaristas deportivos y de alguna jugadora de la selección de fútbol que ganó el reciente mundial. Que todo el asunto del beso había hecho sombra al hecho, calificado de histórico, de que se hubiera ganado esa competición. Dentro de no demasiado tiempo el hecho de esa victoria pasará a formar parte del correspondiente palmarés, y por tanto de un mero guarismo. Y eso solamente interesará a quienes sientan afición por ese deporte hecho negocio. Eso sí, el poder de convocatoria de ese deporte ha dado alas a las carencias en materia de igualdad.
Por eso discrepo de la afirmación de que lo histórico haya sido que se ganara ese mundial. Lo histórico es el punto de inflexión que ha supuesto. Ya no se consienten más comportamientos machistas y prepotentes. Leyes –vilipendiadas– como la del “sólo sí es sí” han hecho posible poner el foco en algo que poco menos que se consideraba normal y que manifiestamente no lo era. Y no digo que el propósito de la igualdad se haya conseguido, pero hemos iniciado una nueva etapa.
En televisión vimos cómo un sujeto vino a tocarle el culo a una reportera. Porque sí, sin más. También parece que va a tener consecuencias. Y cosas como difusión no consentida de videos sexuales –también con futbolistas involucrados– reciben más atención mediática. ¿Se abordará de igual forma lo que no se beneficie de esa cobertura?
La reciente rebaja de condena a uno de los encarcelados por formar parte de la manada –que fue otro punto de inflexión– cuenta con un voto particular que señala que la rebaja de penas no era necesariamente la única alternativa, atendiendo a la gravedad de los hechos.
No sé si se pudo gestionar mejor su aprobación o no. Sí tengo claro que esa ley también es un punto de inflexión porque no admite conductas indignas –no reprobables con anterioridad– y que esto se reconocerá algún día. Eso sí, aún queda mucho por recorrer hacia la igualdad real. Todo se andará… l
@Krakenberger