Dice el diccionario, en su quinta acepción de perspectiva que es el “punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto”. Pero también está su cuarta acepción, una advertencia en sí misma: “Apariencia o representación engañosa y falaz de las cosas”. Lo que solemos considerar, precisamente, falta de perspectiva. El rollo viene al hilo de la huelga de hambre que varios presos del sector duro de ETA anunciaron y suspendieron en solidaridad con la demanda de uno de ellos de no compartir celda. El primer error de perspectiva puede ser creer que una celda individual es un derecho y, si no me lo dan, me enfado y no respiro. O, al menos, no como. Perdón por el sarcasmo pero, con el problema habitacional que afrontan los jóvenes de Euskalherria, que les obliga a compartir alquiler de tres y cuatro en fondo, la exigencia de celda individual suena a pretensión de preso rico. No me lo debió parecer solo a mí a juzgar por el nulo eco que la protesta tuvo en quienes acostumbran a ser caja de resonancia en redes –Urruzuno no se dio por enterado pese a su intensa actividad en redes y Casanova no pudo retuitear como suele porque sus medios ni se hicieron eco del asunto; Otegi andaba sacudiéndose barro–. La disidencia es el olvido, también es verdad. Pero la medida de la pérdida de perspectiva de sus promotores me la dio el hecho de que la huelga de hambre solidaria consistiera en no comer el menú de la cárcel, pero no en dejar de comer. Quiso la casualidad que se enterase uno del menú alternativo que algún preso solidario se preparó comprando en el economato de la prisión: jamón, patatas fritas y refresco de cola. Las huelgas de hambre pueden durar así lo que te dé la gana o lo que tus arterias te consientan. No hizo falta dilatarlo mucho porque el promotor de la huelga de hambre decidió dejarla el primer día que el seguimiento médico constató indicio de deterioro físico y cansancio. Los solidarios siguieron sus pasos y ahora alguno tiene exceso de sal en la dieta y lo mismo hace falta vigilarle la tensión. El menú de huelga de hambre es así de insano.
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