ué cierto es que podemos acostumbrarnos a cualquier rutina, y creo que ya estamos acostumbrados a que este Gobierno legisle por decretos.
Recordaréis que hace menos de seis semanas vivimos una escena surrealista en la votación de la reforma laboral, en la que casi se le atraganta la aprobación de la misma. Y como la realidad siempre puede superar la ficción, este jueves veremos con qué apoyos cuenta la ratificación del plan anticrisis del Gobierno.
No en vano, este pasado fin de semana veíamos como el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la consellera catalana de Presidencia, Laura Vilagrá, se reunían en Barcelona con una puesta en escena que recordaba a la de Putin con cada uno de los líderes políticos que se han acercado hasta Rusia con ánimo de intermediar.
El objetivo de Félix Bolaños era claro, apagar un incendio provocado por Pegasus y un espionaje, asumir responsabilidades no políticas y abrir diferentes melones que pudieran dar gusto a ERC. A pesar de tanto ofrecimiento de medidas reparadoras, no tengo claro, que el objetivo, que no era otro que lograr que no voten en contra del plan anticrisis se haya conseguido. Esperaremos expectantes qué ocurre con la reducción de los 20 céntimos en carburantes o con la revalorización de un 15% del IMV, entre otras medidas.
¡¡Llamadme loca!! ¿Soy la única persona a la que le parece un caso de extrema gravedad el hecho de que se estén practicando escuchas indiscriminadas, sin diferenciar cuando se trata de la vida pública o de la privada, a más de sesenta personas durante varios años por el mero hecho de considerarse independentistas? ¿De verdad que esto no requiere una especial atención, dada la gravedad de los hechos, supuestamente practicados con Pegasus Software, comprado por el CNI, organismo dependiente del Ministerio de Defensa...?