l Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell ha presentado el proyecto europeo la Brújula Estratégica, un análisis de riesgos y un plan de acción para hacerles frente. La intención está clara: la Brújula describe por qué necesitamos una Unión más fuerte, lista para ser capaz de proteger a los ciudadanos, los valores y los intereses de los europeos. Mejorará la responsabilidad estratégica o la autonomía de la UE y nuestra capacidad para trabajar con socios para salvaguardar nuestros valores e intereses. En palabras de Borrell, "la UE está en peligro y los europeos no somos conscientes de ello". La realidad es que Europa se mueve en un mundo mucho más hostil, en el que se nos disputa nuestro espacio económico y nuestro espacio estratégico, y en el que nuestro espacio político está cada vez más degradado. La respuesta pretende la coordinación de los esfuerzos militares de los socios de la UE y de manera complementaria a la alianza transatlántica representada por la OTAN. Entre los primeros pasos, la creación de una fuerza de acción militar rápida de 5.000 efectivos y la realización de maniobras militares conjuntas en 2025.
El proyecto defensivo europeo se acompaña de un presupuesto de 8.000 millones de euros, aunque inicialmente la pretensión fuera contar con 12.000 millones. Pese al fuerte recorte introducido, la realidad es que tanto la industria armamentística como de ciberseguridad europea tiene una dotación base para empezar a desarrollar proyectos conjuntos. La creación de un sector europeo de seguridad y defensa es el pilar sobre el que se sustenta la Brújula Estratégica, con la clara intención de abrir una tercera vía en la batalla por la hegemonía geopolítica mundial entablada entre Estados Unidos y China. Además, se cuenta con el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, dotado con 5.600 millones de euros destinados a costear operaciones de política exterior con implicaciones militares. El objetivo diseñado en el medio plazo, de cinco a diez años, es convertir a la UE en proveedor de seguridad global en el mundo.
Pese a que la propia presentación del plan estratégico supone un paso firme adelante en las intenciones de en defensa y seguridad de la UE, queda mucho camino por recorrer hasta convencer a los 27 Estados de la Unión del proyecto. Pero, sin duda, el punto crítico lo representa la divergencia de objetivos entre Francia y Alemania a fecha de hoy. París plantea una autonomía estratégica plena de la UE respecto a la OTAN y a las decisiones de Washington, mientras que Berlín sigue siendo partidario de mantener la utilidad del vínculo trasatlántico. Una posición que cuenta con el apoyo de Polonia y los Estados bálticos, que siguen defendiendo las misiones tradicionales de defensa del Tratado del Atlántico Norte frente a las amenazas de Rusia. En una posición intermedia se encuentra España, que deambula entre la posición de Francia y la de Alemania, sin una definición clara de objetivos. Mientras, Italia se ha decantado por la colaboración armamentística con el Reino Unido, lo que supone una disfunción evidente con los objetivos de la Brújula.
En todo caso, es evidente que el lanzamiento del proyecto en estos momentos, supone un claro mensaje al escenario internacional de las intenciones defensivas autónomas de la UE. Tendrá obstáculos y el camino será lento, pero la realidad es que la idea cierta de un Ejército europeo ya ha echado a andar. Demasiadas amenazas de todo tipo han obligado a la Unión Europea a militarizarse. Fronteras en riesgo, ataques en el ciberespacio, desinformación programada contra Estados miembros, terrorismo internacional, crimen organizado o espionaje en escala, son las nuevas formas de acoso que los enemigos de la UE han desplegado y que requieren de una respuesta inmediata. El horizonte de decisión es cercano: la cumbre OTAN que se celebrará en Madrid el 29 y 30 de junio de 2022 y que coincidirá con el 40 aniversario de la incorporación de España a la Alianza. En ella, además de redefinir misiones, presupuesto y, la propia identidad de la OTAN, la UE deberá demostrar su mayoría de edad, presentando realidades tangibles de pasos dados en la Brújula Estratégica que demuestren que aunque se siga buscando mantener la relación trasatlántica, Europa tiene idea y voluntad propia para defenderse.