ace muchos años tuvimos marcha regulada organizada por el G. M. Arrola de Antzuola, que, por cierto, va a celebrar su 50 aniversario: Zorionak. Escuchamos a no sé qué pastor diagnosticar el tiempo para esos días como seco y soleado. Nunca supe a quién dirigirme para quejarme por el fallo de diagnóstico, pues pocas veces me he mojado tanto.
Lo recordé al leer el otro día en un periódico el titular El mar inundará una Euskadi abrasada por olas de calor. Intrigado por el augurio busqué ciencia en revistas de ciencia y me encontré de todo, desde el anuncio de que ocurrirán peores catástrofes hasta un artículo de profesores de la Universidad de Madrid, quienes estudiaron registros de temperaturas de 24 estaciones del mundo desde el siglo XVIII, concluyendo que "los años de máximas temperaturas varían bastante, lo que habla de falta de argumentos frente al calentamiento global". Ni niego nada ni pongo en duda la nefasta praxis de seguir utilizando el contaminante carbono como fuente de energía, solo pienso que hay pastores con diferentes diagnósticos, y aunque hay muchos más con uno, cada vez se contrastan menos, se calientan los titulares y ya no se sabe a quién habrá que pedir explicaciones si no se cumple la predicción.
Y en esto fueron a Glasgow, aunque en este tiempo digital no hubiera sido necesario que tanta autoridad política o moral se haya acercado a Escocia con aviones privados, que según la BBC había a cascoporro, cuando todos saben que es el medio más contaminante.
También fueron en avión gentes de Bildu, parece que a manifestarse, cosa que pueden hacer aquí sin emponzoñar el aire, todo para repetir el discurso de basta de bla, bla, hay que concretar, de la lideresa Thunberg. A ver si se lo aplican ellos y aprenden que decir no a toda concreción de los demás no es concretar, es bla, bla protestón, pero bla, bla. Demasiado pastor para un solo clima.