os canales de tele se venden con técnicas que se usan para otro tipo de productos que inundan los mercados. El sistema de consumo trata a canales, programas y series como elementales mercancías con las que engatusar a los consumidores de esta bendita sociedad, siempre manejada por técnicas de venta que se pusieron en marcha tras la Segunda Guerra Mundial. Los lemas y eslóganes publicitarios buscan llamar la atención de las audiencias con más o menos éxito, con mayor o menor fortuna. Por ejemplo, en la actual temporada la gente de Vasile ha puesto en circulación un estúpido reclamo publicitario como es el de Telecinco donde pasa lo que pasa, que ya es mucho pasar. Tampoco es un supremo ejercicio de imaginación el reclamo de La 1 de TVE que dice la nuestra, simple y llanamente exhibido. Este sistema de publicidad se enriquece cuando las teles ofertan vídeos de sus productos de temporada. En este quehacer televisivo, las emisoras se esfuerzan en tocar el alma y bolsillo de los espectadores y así llegan a crear auténticos anuncios en línea con los mejores reclamos comerciales.
Noticia o muestra de ese sucio quehacer fake news que nos rodea como lava mediática, el ruido está servido en la aldea global de nuestros días. Se rumorea en algunas plataformas digitales, que Mediaset estudia seriamente sacar de la parrilla un buque insignia venido a menos Sálvame, en sus variadas propuestas, que de momento ha visto recortado su horario de emisión. Los datos tienen que ser muy malos para tomar semejante dolorosa decisión. El formato reality se ha explotado hasta la saciedad de forma abusiva y escandalosa. La tropa de JJV sigue con la matraca de los avatares del corazón, comiéndose a las figurillas de la celebridad televisiva. De momento, rumores, disensiones entre los colaboradores, y silencio administrativo de los responsables de la productora con Valldeperas al frente, que desde hace doce temporadas triunfa. Suenan tambores de guerra. ¿Será posible? No me lo puedo creer.