Empresario, político, actor, cantante… la vida de Bernard Tapie fue una verdadera montaña rusa. El magnate francés se convirtió en una de las figuras públicas más controvertidas del mundo de los negocios y del deporte en el país vecino. Su ascenso al éxito y su posterior caída tras verse envuelto en diferentes batallas legales es lo que nos muestra la miniserie biográfica que estrena hoy Netflix.
Bernard Tapie se centra en varios episodios de la vida del que fuera presidente del Olympique de Marsella y que falleció en 2021 a los 78 años. De origen humilde, se labró una carrera como hombre de negocios comprando empresas que estaban en quiebra como la mítica compañía Adidas, a la que insufló nueva vida en los años 90 tras comprarla por 1.600 millones de francos.
Pero si por algo será recordado Tapie fue por sus logros deportivos. En 1984 fundó el equipo ciclista La Vie Claire. En sus filas militaron destacadas figuras del ciclismo como Bernard Hinault o Greg Lemond. Ambos ganaron sendos Tour de Francia con el equipo de Tapie.
Su otra gran hazaña deportiva se produjo en el mundo del fútbol. Cuando tomó las riendas del Olympique de Marsella el club estaba pasando por su momento más bajo. La astucia de Tapie llevó al equipo marsellés a sus cotas más altas. Ganó cuatro ligas francesas consecutivas y se convirtió en el primer club galo en conquistar la Liga de Campeones (1993). Al año siguiente el Olympique no pudo defender su título por el escándalo de sobornos y amaño de partidos en el que se vio implicado el empresario.
Impecable interpretación
A lo largo de siete capítulos, el actor Laurent Lafitte (Una cuestión de honor, Elle) es el encargado de mostrar la ambición desmedida de Tapie. Bajo una caracterización notable, Lafitte hace una milimétrica composición del personaje. “Recuerdo un tipo fascinante, de esos que se vuelven atractivos porque triunfan. Un encantador que te sumerge en su energía. Al mismo tiempo, provocó reacciones muy diversas.”, explica el intérprete en una entrevista a Vanity Fair. Laffite aclara que la serie no busca “rehabilitar” a Bernard Tapie. “Primero, porque no es necesario. Luego, porque no queremos acusarlo tampoco. La serie traza un destino extraordinario, propio de una época en la que la televisión estaba en el centro del poder. Se trata de contar la historia de cómo un niño de los suburbios logrará existir más que los demás”, comenta.
Pese a estar basada en un personaje real, los creadores de la serie, Olivier Demangel y Tristan Séguéla, quieren dejar claro que se trata de “pura ficción” en el sentido de que, en la línea de lo que dice Laffite, no busca culpabilizar a nadie, sino mostrar la delgada línea que separa la ambición de la corrupción.