Diez años después de la emisión de su primer episodio, son muchos los que opinan que Orange is the new black marcó un antes y un después por varias razones. Una, que tenía un reparto mayoritariamente femenino y una apuesta importante por reflejar diversidad. Otra, que era un proyecto de producción propia de una Netflix aun por despuntar y se estrenaba al completo, con lo que, quien quisiera, podía montarse una maratón para ver los trece capítulos que formaban aquella primera temporada.

Inspirada en las vivencias en la cárcel de la escritora Piper Kerman que le sirvieron para escribir el best-seller Orange is the new black: Crónica de mi año en una prisión federal de mujeres, la serie tiene como protagonista a Piper Chapman (Taylor Schiling), una mujer con una vida estable que es detenida a raíz de un delito relacionado con el narcotráfico cometido una década antes. Había transportado un maletín con dinero de la droga para Alex Vause (Laura Prepon), una traficante y antigua amante. Por todo ello, es enviada a la prisión de mujeres en Litchfield, en Nueva York.

ÁCIDA Y ATREVIDA

Orange is the new black, una producción a medias entre la comedia y el drama, recibió el beneplácito del público y la aclamación de la crítica en un año en el que tenía fuertes competidoras, ya que House of Cards se había estrenado cinco meses antes y Breaking Bad afrontaba su última temporada. La serie contó, en sus siete temporadas y seis años de emisión, según Netflix, con 105 millones de espectadores, que vieron como la trama pasaba del alto tono de comedia a la denuncia social abordando asuntos como el sistema penitenciario estadounidense, los abusos de poder, el lesbianismo o la represión sexual. Además, la serie contaba con una gran cantidad de actrices hispanas.

Los críticos la definieron en su inicio como “una combinación nítida de humor negro y peso dramático, con personajes interesantes y una estructura de flasback intrigante” y cuando estrenó su última temporada, la web especializada Rotten Tomatoes escribió que iba “directa al grano, abordando temas duros y contundentes con la misma profundidad dramática y humor ahogante que hicieron a la serie tan revolucionaria”. El éxito se refrendó con nominaciones a los Premios Emmy (13 en su primera temporada) y a los Globos de Oro.

Orange is the new black fue creada por la guionista y productora Jenji Leslie Kohan, con experiencia en títulos como Weeds o Friends. Kohan escribió la última temporada cuando Donald Trump afrontaba su segundo año de mandato, llevando la política migratoria del líder republicano a ser uno de los temas principales de la serie.