Por ejemplo, ¿te imaginas que tu rostro se convierta en el de un actor famoso o que puedes hablar otro idioma sin haber aprendido una sola palabra de esa lengua? ¿O que vuelves a ver a personas ya fallecidas? Es posible con la tecnología deepfake, acrónimo del inglés formado por las palabras deep learning, que significa aprendizaje profundo y fake (falso). Se trata de una técnica empleada desde hace pocos años, especialmente en los sectores televisivo y cinematográfico, pero que pronto podrá convertirse en viral.

Es una técnica de inteligencia artificial que permite editar vídeos falsos de personas que aparentemente son reales, utilizando para ello algoritmos de aprendizaje no supervisados y vídeos o imágenes ya existentes.

Ámbitos de aplicación

Uno de los sectores con más posibilidades, como queda dicho, es el del audiovisual. Hay varios ejemplos de películas que emplean estas técnicas para recrear escenas en las que un actor o actriz ha perdido la voz y, para no tener que esperar a que la recupere, se han utilizado audios para simular que habla. También sucede lo mismo con los rostros o movimientos de los protagonistas en el caso de que ya hayan fallecido, o si se han producido errores durante el rodaje.

Uno de los ejemplos más conocidos es el de varias escenas de la película Rogue One de Star Wars, en las que la princesa Leia aparece con la cara de la actriz que la protagonizó, Carrie Fisher de joven, algo imposible en 2016, cuando en realidad fue interpretada por la actriz noruega Ingvild Deila.

En televisión, un ejemplo sin cambiar de rostro lo encontramos en España en una de las últimas campañas de la cerveza Cruzcampo, protagonizada en apariencia por Lola Flores. Su réplica virtual fue elaborada por la agencia Ogilvy y el estudio de efectos especiales y postproducción Metropolitana. Cerca de 5.000 imágenes y dos software fueron necesarios para crear la campaña con la conocida artista española.

En el ámbito educativo también es útil esta tecnología. Con imágenes de uno de los máximos representantes del surrealismo como fue Salvador Dalí se ha generado la exposición Dalí Lives en el Dalí Museum de San Petersburgo (Florida). De esta manera se revive al pintor a través de 6.000 fotogramas y la voz de un doblador profesional que imita su habla para hacer que es el propio Dalí quien protagoniza el vídeo.

Por otro lado, también cabría la posibilidad de emplear los deepfakes para recrear vídeos de familiares fallecidos y así poder despedirnos de ellos. Incluso para que personas con enfermedades como el Alzheimer puedan reconocer rostros.

'Deepfake' para 'Star Wars'.

Peligros

Pero no todos los usos de esta tecnología son lícitos. También los ciberdelincuentes se están aprovechando de ella. Son más habituales los engaños mediante la voz. Por ejemplo, en 2020 unos estafadores consiguieron engañar al director de un banco de Emiratos Árabes Unidos haciéndose pasar por un ejecutivo que le pedía transferir 35 millones de dólares de su cuenta a otras para realizar la compra de una compañía. El director del banco le creyó y realizó la operación, que había sido respaldada por correos electrónicos falsos.

En cuanto a los vídeos deepfakes, los mayores engaños se producen en el sector de la pornografía. Según un estudio de Sensity (empresa que detecta y supervisa los medios sintéticos), la pornografía ultrafalsa no consentida representó el 96% de los más de 14.000 vídeos deepfake publicados online en 2019.

¿Cómo podemos saber si un vídeo es falso? Actualmente, los métodos descubren cerca del 87% de los deepfakes a través de dos métodos. Uno de ellos es el de análisis de metadatos, es decir, la información del archivo para saber si la imagen ha sido manipulada. Y otra manera es averiguar el nivel de error de los métodos de compresión de las imágenes, ya que cuando se comprimen pierden información.

También sirve fijarse en errores en el rostro o la iluminación, entre otros. El problema surge si no se da el consentimiento para utilizar una imagen y crear esos vídeos falsos.

'Apps'

Existen muchas apps y webs para generar vídeos en los que nos convirtamos en los protagonistas de nuestra película favorita o divertidos GIFs. Una de ellas es Reface, que solo necesita un selfie para hacer fotos animadas, vídeos, gestos y crear memes.

Otra es Jiggy, una app realista de intercambio de cuerpo y rostro que convierte tus fotos en divertidos GIF de vídeo, también musicales, que se pueden compartir en cualquier aplicación de mensajería como Facebook y WhatsApp.

Antecedentes

Es cierto que la tecnología conocida como deepfake se utiliza desde hace pocos años, pero existen ejemplos de manipulaciones desde el siglo XIX, como un retrato del presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, datado en 1865. El rostro del líder fue superpuesto encima de la cabeza de una impresión más antigua, donde aparecía John C. Calhoun apoyado encima de un escritorio de una sala azulejada, impresión realizada por A.H. Ritchie en 1852.

Otro caso con repercusión a nivel internacional fue la falsa noticia elaborada con fotografías y archivos de audio que indicaba que el explorador y médico estadounidense Frederick Cook había llegado al Polo Norte en 1908, cuando no fue así. Unos años más tarde se descubrió que no había sucedido.

Y uno de los casos más recientes se mostró en el programa Video Rewrite en 1997. En él se modificaron las imágenes de vídeo existentes de una persona hablando para simular que decía otras palabras con un archivo de audio diferente.