MADRID. Los gorriones han perdurado en las ciudades mineras australianas de Broken Hill y Mount Isa durante aproximadamente 100 y 50 años respectivamente, brindando una oportunidad única para examinar cómo la especie introducida se ha adaptado a estos ambientes.

Dirigido por investigadores de la Universidad de Macquarie, el estudio comparó los datos genómicos de gorriones de estas áreas de altas concentraciones de plomo con gorriones de otros lugares del país.

El estudio encontró 12 variantes genéticas en las aves de las áreas mineras que se han asociado anteriormente con la exposición al plomo en estudios de laboratorio.

La presencia de estos genes atípicos sugiere que los gorriones en Broken Hill y Mount Isa se han adaptado para evitar la absorción de plomo en el cuerpo y contrarrestar sus impactos negativos sobre el desarrollo neuronal y óseo.

Esto se puede lograr regulando a la baja los transportadores de plomo en la superficie del cuerpo para reducir la cantidad de plomo absorbido o evitando que se acumule en los órganos.

Estos genes y sus vías asociadas proporcionan objetivos para observar con qué eficacia se están adaptando a la contaminación del plomo otras especies de animales.

"La adaptación a los contaminantes es vital para la salud futura de los ecosistemas en áreas afectadas por actividades humanas como la minería, pero actualmente tenemos una comprensión muy limitada de cómo los animales pueden evolucionar para mitigar los impactos negativos", dijo el autor principal, Samuel Andrew.

"Los gorriones generalmente viven en áreas con humanos, y han estado en algunas ciudades mineras durante hasta 50 generaciones, por lo que son un ejemplo perfecto para comenzar a analizar cómo la vida silvestre en general podría estar cambiando para hacer frente a un ambiente contaminado".

"Encontramos indicios claros de una adaptación genética similar en dos poblaciones separadas en Broken Hill y Mount Isa, que muestran una evolución paralela incluso después de este período relativamente corto de tiempo".