MADRID. Así, los censos revelan que el 37 por ciento de las aves que se reproducen en el Estado han reducido su población. Entre estas, destaca especies como golondrinas, gorriones o vencejos que sufren desde hace años un descenso poblacional. Además, el número de especies que muestra un estado desfavorable se han triplicado desde 2005, ya que han pasado de 14 a 38.

De acuerdo con el estudio presentado por la ONG, los últimos datos disponibles indican que en 2016 tampoco se revirtió la tendencia ya que "al menos una de cada tres aves" con presencia habitual en España en primavera sufrió un declive en su número de ejemplares.

La situación presentada por la ONG indica que la reducción de las aves más habituales en España es "lenta y continua" y esto pone de manifiesto el "impacto" que de determinadas prácticas agrícolas intensivas, el abandono de actividades agrarias y ganaderas tradicionales, el calentamiento global o la destrucción de hábitats y lugares de nidificación, entre otras muchas amenazas para la conservación de la naturaleza.

MENOS AVES = PEOR CALIDAD DE VIDA

Para la ONG, esta realidad es testigo también del deterioro de la calidad de vida en España, ya que según la oficina europea de estadística Eurostat, el seguimiento de las poblaciones de aves comunes está entre los índices más importantes para medir la sostenibilidad y el bienestar social.

SEO/BirdLife hace un seguimiento sistemático de las especies en invierno y en primavera a 115 especies comunes, de las que 69 son sedentarias; 39 solo se observan en primavera y 9 pasan únicamente el invierno en España.

El momento clave, según añade, es la primavera porque coincide con la época de reproducción y la tendencia es que el 37 por ciento de las especies comunes muestra una situación desfavorable. En invierno, el declive de las poblaciones afecta al 19 por ciento de las aves analizadas, en comparación con 1998, desde que se dispone de datos.

Entre las especies que presentan un estado más preocupante está el escribano hortelano, con un declive del 66,24 por ciento; la codorniz, que ha perdido el 66 por ciento de su población; o la grajilla occidental, con un descenso del 50,75 por ciento.

También se han observado reducciones de población en otras especies como la perdiz roja, cuyos efectivos se han visto reducidos en un 34 por ciento en primavera y en un 47 por ciento en los censos de invierno; el escribano cerillo, que pierde un 43,5 por ciento; el mochuelo, con una tendencia a la baja cercana al 40 por ciento; o la tórtola europea, que cae este año un 26 por ciento.

La mayoría de estas especies están ligadas a medios agrarios, donde la simplificación del hábitat, el impacto de algunas prácticas agrícolas intensivas, el uso de plaguicidas y el abandono rural están impactando de lleno en la avifauna asociada a este tipo de territorios.

Este es el caso de las golondrinas, que ha perdido un 24,6 por ciento de sus individuos en España; los vencejos, que han reducido sus poblaciones en un 34,43 por ciento; la alondra común, con un 34,7 por ciento menos; el abejaruco, con un 17,3 por ciento menos y el gorrión común, con un 15 por ciento menos.

Igualmente, otras aves fácilmente reconocibles por la ciudadanía tampoco pasan por un buen momento en España, según la ONG, que cita el caso del martín pescador, con un descenso del 17 por ciento o el pito real, con un declive del 23,4 por ciento.

El coordinador del área de ciencia ciudadana de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral, ha advertido que entre 2005 y 2016 ha crecido poco a poco el número de especies de aves en estado favorable de crecimiento.

En ese sentido, ha explicado que de 30 especies que había en 2005 se ha pasado a 42 en la actualidad y que en ese mismo periodo, se ha casi triplicado el número de especies que se encuentra en estado desfavorable. De 14 especies que había en 2005 ha pasado a 38 especies en la actualidad. "Una de las buenas noticias de 2016 quizá sea la leve recuperación del alcaudón real, que pasa de estar en declive fuerte a declive moderado", ha admitido.

Por su parte, el responsable del Programa de Conservación de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife, Nicolás López, ha advertido de que los "malos datos" de muchas aves comunes son un "fiel reflejo de las amenazas que sufre en este momento la avifauna".

"La más importante, sin duda, es la pérdida de hábitat, en la que influyen otras dos amenazas: el cambio climático y la transformación del modelo y el paisaje agrario, ya sea por intensificación o por abandono. Otras causas como el impacto de la caza ilegal, el uso de veneno las colisiones y electrocuciones en tendidos eléctricos se esconden detrás de los declives poblacionales, especialmente el de las especies más amenazadas", ha concluido.

Sin embargo, también hay aves que tienen una tendencia al alza. Se trata de especies ligadas a hábitats arbóreos y arbustivos como el arrendajo, el carbonero común, la totovía o el agateador europeo.

La responsable de agricultura de SEO/BirdLife, Inés Jordana, ha explicado que el ascenso de estas aves tiene que ver con el despoblamiento rural, ya que la reducción de la superficie cultivada o pastoreada conlleva la expansión del bosque y la superficie de matorral.

Los resultados presentados este viernes son un balance de los programas de seguimiento de aves de España como el Sacre, el Sacín, el Noctua y Aves y Clima entre otros muchos con los que obtiene datos e información de cerca de 400 especies.