MADRID. El mundo de los blogs de moda comenzó en 2007, pero ha sido a partir de 2009 cuando las marcas se han empezado a dar cuenta del nicho de negocio que había en estas bitácoras.
Según el primer estudio sociológico realizado por el portal de moda Truendy, en colaboración con la Asociación Española de Blogs de Moda (AEBDM), a partir de una encuesta anónima, a una muestra representativa de 350 blogs de moda españoles, solo cuatro de cada diez ven su blog como una herramienta profesional.
En cifras, a siete de cada diez blogueras una marca les pide hablar gratis de su producto, una de cada cuatro cobra por publicidad, una de cada diez recibe una compensación en efectivo y otra de cada diez la recibe en ropa y complementos.
Y aunque son pocas las que consiguen vivir profesionalmente del blog, María Giraldo, organizadora de las Jornadas de Blogs de Moda (JBM), anuales, opina que las blogueras aprovechan el éxito obtenido para exigir "un pago monetario bastante elevado".
Con el tiempo "este mundo se ha ido de las manos", dice Giraldo, ya que las marcas "les han dado voz y voto".
Las tarifas son muy variadas, oscilan en función del tráfico en la web, del modo de publicación y, a partir de ahí, se fija el precio, pero no existe una tarifa estándar.
"Por sentarte en un desfile se pagan entre 300 y 500 euros", pero el importe asciende a 800 o 1.000 euros cuando se trata de un publirreportaje, explica Giraldo.
Su compañera en la organización de las JBM, Patricia González, añade que se están dando situaciones en las que hasta piden dinero por acudir como público a la presentación de un producto, y cuenta que conoce "un caso concreto, era evento relacionado con moda y automoción, y la bloguera dijo que por menos de 500 euros no iba a la presentación".
González es doctora en ciencias de la comunicación y no comprende que se pidan cifras tan altas, además considera ilícito que los jóvenes accedan a un puesto de trabajo para el que no se han formado, simplemente "por tener éxito con su blog".
Giraldo recalca que también es necesario diferenciar entre "famosas que se han convertido en blogueras" y "chicas anónimas que a través de su blog han alcanzado la fama". Algunas de estas jóvenes han conseguido que cabeceras como "A Trendy Life", "Lovely Pepa" o "Madrid Fashion" sean mundialmente conocidas.
La gallega Silvia García, responsable del blog "Bartabac", una de las pioneras en convertir en profesión una afición, confiesa que cobra por ir a algunos eventos, pero "no a todos", y reconoce que no hace "posts patrocinados".
Aunque no le gusta hablar de dinero, considera que ahora mismo vive de su blog y de actividades surgidas a raíz del mismo, como su marca de ropa y colaboraciones con algunas firmas, como ha hecho, por ejemplo, diseñando zapatos.
La mayor parte de las afortunadas que pueden vivir de sus páginas están respaldadas por plataformas diseñadas para albergar este tipo de bitácoras.
Giraldo opina que sin ese apoyo "no podrían vivir". Son como "lobbies" que les proporcionan publicidad y les permiten agruparse para conseguir campañas".
"Bartabac", por ejemplo, reconoce que la plataforma "Style Lovely" le paga "por el tráfico" que genera su web y gestiona sus anuncios.
Belén Canalejo, más conocida como "Balamoda", afirma que "es un trabajo" y se lamenta de que "en este país" hay quien considera este oficio algo "superficial".
Canalejo ha conseguido diversificar su trabajo gracias a la cabecera de "Balamoda", que le ha permitido, no solo impartir clases en la universidad y dar conferencias sobre comunicación de moda, sino asesorar sobre estilismos, escribir reportajes o elaborar vídeos para empresas.
Mediante la publicidad se puede llegar a ganar "muchísimo". "Un ejemplo es Isasaweis que pasó de tener un videoblog a hacer programas de televisión, y ya tiene dos personas gestionando su publicidad", explica Jaime Vargas, director de cuentas de Red Web Unity, una empresa que ofrece servicios de consultoría y gestión de publicidad para blogueros.
Vargas añade que funcionan "como una empresa" con posibilidades de crecimiento en el futuro, en el que las titulares llegarán incluso a delegar sus funciones en otras personas anónimas.
Aunque Giraldo, aclara que, por ahora, no conoce "a nadie que tenga un negro".