Las redes sociales están de luto tras conocer la historia de Kroshik, un gato que se ganó el apodo cariñoso de ‘Migajas’. No era un felino cualquiera; su vida estuvo marcada por una dieta desequilibrada y excesiva que lo llevaron a pesar 17 kilos, convirtiéndolo en uno de los animales domésticos más pesados registrados en el mundo.
El felino fue rescatado de un sótano de un hospital en la ciudad de Perm (Rusia), donde los colaboradores del refugio local Matroskin se sorprendieron al ver su estado. Para los voluntarios de Matroskin, Kroshik era un caso poco común en un gato.
Amor que terminó en sufrimiento
Para Kroshik o ‘Migajas’, el exceso de atención y comida se convirtieron en una carga, no solo emocional sino también física. Al llegar al refugio, se encontraba en un estado de indefensión absoluta: incapaz de moverse, de caminar, e incluso con las articulaciones lastimadas por el exceso de peso.
Los veterinarios que lo recibieron enfrentaron un desafío sin precedentes: la enorme capa de grasa le impedía ser examinado correctamente, dificultando las ecografías y otros procedimientos médicos. Esto no desanimó a sus cuidadores, quienes trazaron un riguroso plan de dieta y ejercicio para intentar devolverle parte de su movilidad.
El programa para Kroshik consistía en reducir gradualmente su peso, buscando que bajara entre 70 y 150 gramos por semana hasta alcanzar un peso ideal de 4,5 kilos. Parte de su terapia incluía ejercicios en una cinta de correr especialmente diseñada para él, así como una dieta estrictamente controlada que excluía las calorías en exceso.
Su progreso fue seguido con entusiasmo por miles de personas en redes sociales, quienes compartían su admiración por el felino y el trabajo de rehabilitación que estaba llevando a cabo el equipo de Matroskin.
La fuga de ‘Migajas’
A las pocas semanas de iniciar el tratamiento, Kroshik dio una nueva sorpresa a sus seguidores: intentó escapar del refugio, aunque sin éxito. Los cuidadores lo encontraron atrapado entre los barrotes de un zapatero, con su cabeza enredada en un zapato tipo "croc".
La imagen fue motivo de risas entre los usuarios de las redes sociales, quienes celebraron el intento de aventura de Kroshik como una señal de que estaba recuperando fuerzas y vitalidad.
Para los veterinarios y cuidadores, este fallido intento de fuga fue una buena señal: demostraba que, tras semanas de esfuerzo, Kroshik estaba volviéndose más activo. Su comportamiento, aunque impulsivo, también reflejaba la importancia que seguía teniendo un vínculo difícil de romper con la comida tras años de sobrealimentación y dependencia emocional .
El triste desenlace de una historia
Justo cuando parecía que Kroshik estaba mejorando, una recaída terminó por apagar su vida. Durante sus últimas semanas, había mostrado avances al caminar y escalar pequeñas alturas.
Sin embargo, este sábado comenzó a presentar problemas respiratorios que lo llevaron de urgencia a la veterinaria, donde fue atendido en una cámara de oxígeno. A pesar de los esfuerzos del personal médico, Kroshik falleció la madrugada del domingo, a la edad de 12 años.
Aunque aún no se confirma la causa exacta de su muerte, los análisis preliminares sugieren la presencia de metástasis en órganos como el bazo, un desenlace probablemente ligado a su largo historial de obesidad y los problemas derivados de esta.
Los cuidadores de Matroskin compartieron la noticia con tristeza en sus redes, donde miles de seguidores lamentaron la muerte de este gato, que había tocado sus corazones con su historia de lucha y supervivencia.
Valiosa lección
Kroshik o "Migajas" se convirtió en un símbolo de la importancia de cuidar a los animales con responsabilidad y en un recordatorio sobre el daño que puede causar el exceso de amor mal canalizado.
Aunque su historia tuvo un final triste, deja una valiosa enseñanza: el verdadero amor no siempre significa dar de más, sino saber cuándo es necesario poner límites para garantizar una vida saludable y digna.