La 'tiktoker' @aquisandrax vive en Estados Unidos y siempre comparte vídeos que muestran las diferencias culturales con España.

Un vídeo suyo probando un restaurante de comida española en Miami se ha convertido en viral por su peculiar manera de servir el cochinillo a la segoviana.

Primero, se deleita con el pan con aceite que le sirven antes de la comida: "No es pan gallego, es como una baguette, pero está calentito por dentro". Bromeaba incluso con no comer nada más: "Como no me traigan rápido las croquetas que he pedido, me voy a hartar a pan".

"Otro punto positivo es que está sonando Amaral", apuntaba. A lo largo del vídeo se pueden escuchar varias canciones conocidas. Tras el pan, la TikToker pidió croquetas. "Hemos pedido unas croquetas de cabrales y otras de jamón". Era evidente que le habían gustado. "¡Mmm! ¡Qué intensidad! ¡Qué rico!", y compartió su veredicto: la de cabrales era mejor. "Está más lograda", aseguraba.

Pero lo que ha hecho que el vídeo se convierta en viral y atraiga tantos comentarios no han sido ni el pan ni las croquetas, si no uno de los platos principales: "He pedido un cochinillo a la segoviana, que tenía muchas ganas de comer esto"

La pinta era buena: "No sé por dónde atacar, lleva cebolla caramelizada y manzana o pera, no sé qué es eso. La patata sabe igual de buena que cuando hago yo asado en mi casa. Cómo cruje. Qué bueno", pero quería saber lo que opinaban los segovianos.

Los comentarios destacaban la buena pinta del plato, pero aseguraban que no tenía nada que ver. "El cochinillo tiene buena pinta, pero a la segoviana no es 😁", decía un usuario. "Soy Segoviana, no se parece nada jajaja pero tiene buena pinta", apuntaba otro.

@aquisandrax ¿😱Qué os parece el precio💸 de la comida española 🇪🇸 en EEUU🇺🇸? #parati #foodie #españa ♬ sonido original - 🌜Aquí Sandra✨

La comida terminó con un plato de arroz caldoso de bogavante. "Rico, la verdad que rico. No te voy a decir que como en España, no te voy a mentir, pero rico", decía mientras se deleitaba con los mejillones.

El vídeo finalizaba con los cuatro tápers que pidió para llevarse las sobras, y el ticket de la comida, que costó 141 dólares.