Iratxe Landivar sobre la moda: “Sueldos bajos a pesar de vender bolsos por 3.000 euros”

Iratxe Landivar Sanz es emprendedora y artesana de accesorios exclusivos y sostenibles realizados a partir de excedentes del sector textil (retales de piel y pantalones vaqueros de segunda mano: materiales de proximidad). Nacida el 5 de mayo de 1997 en Pamplona, desde pequeña siempre ha sido una mujer muy creativa, que ha encontrado en la moda la forma de expresar esa creatividad: “Lo que vestimos dice mucho de cómo somos y es una herramienta de comunicación no verbal muy potente”.

Pese a poseer un currículum muy extenso de experiencias en el mundo de la moda y la comunicación, sus dos pasiones, la navarra cree que nunca se deja de aprender, pues todavía sigue formándose.

Estas vivencias le han permitido consolidar un importante bagaje, sobre todo, tras haber trabajado en marcas de moda de lujo en Madrid. “Me di cuenta de la precariedad laboral del sector”, puntualiza. Fue en esa época cuando tuvo la suerte de conocer varios departamentos (corte, almacén, producción) y aprender sobre gestión del tiempo, calidad, excelencia... Esto también le abrió los ojos todavía más respecto a la gestión de recursos y la sostenibilidad en el sector textil.

Precariedad laboral en la moda

“Las condiciones laborales son precarias, con sueldos bajos a pesar de vender bolsos en el mercado por 3.000 euros. La presión constante, los descansos mínimos y la falta de reconocimiento son la moneda corriente y, demasiadas veces, las más afectadas somos nosotras”, explica la artesana. Estas circunstancias junto “al difícil acceso a una vivienda digna” le llevaron tanto a ella como a su pareja a decidir regresar a su tierra: Navarra.

Ha sido esta realidad la que ha llevado a Landivar a cuestionar el rumbo que había tomado su carrera y a replantearse “el verdadero valor de la moda”. Por eso creó Balduz, un proyecto que honra el apellido de su abuela materna y que representa un retorno a la esencia: la artesanía, la sostenibilidad y el empoderamiento femenino. “Cada bolso que diseño y confecciono a mano es único en el mundo y representa una declaración de principios, una apuesta por la moda que respeta a las personas y al planeta”, detalla.

Oportunidades irrechazables

La emprendedora de Pamplona considera que tiene suerte al haber encontrado CEIN (Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra) nada más volver de Madrid y empezar a emprender. Opina que ha sido una oportunidad “muy buena para encontrar asesoramiento y formación de forma gratuita (subvencionada)”. 

Landivar aconseja a todo aquel que busque emprender que lo primero es encontrar su pasión, “porque sin pasión el emprendimiento se vuelve insostenible”. También cree que es importante conocerse bien, para saber en qué áreas poner el foco y tener más cuidado; “y sobre todo dejarse ayudar y escuchar, pero no sólo para este tipo de creaciones, sino en general”.

La creadora encara el futuro con ilusión y optimismo, pues piensa que es una carrera de fondo y, aunque tiene las herramientas para llegar a la meta, depende de muchos otros factores externos como el mercado, por ejemplo.

“Estoy trabajando duro para conseguir los objetivos: visibilidad, ventas..., pero lleva su tiempo. Todavía estoy encontrando a mi público, mujeres profesionales amantes de la moda y preocupadas por el medioambiente, que valoren la artesanía y el trabajo digno, busquen una alternativa al consumo masivo y quieran fomentar la economía circular con estilo y conciencia, luciendo bolsos exclusivos de edición limitada y hechos a mano por una joven emprendedora”, concluye.

Retales de piel y pantalones vaqueros de segunda mano 

La artesana aún no dispone de un taller profesional para confeccionar sus accesorios

A la hora de llevar a cabo cada una de sus creaciones, Landivar detalla que es complicado dar una cifra exacta respecto al número de horas que invierte. De hecho, cada bolso le cuesta varias horas de proceso, porque al trabajar con excedentes del sector (retales de piel y pantalones vaqueros de segunda mano) cada material es distinto. A eso se le suma el hecho de que hay algunos más complicados de trabajar que otros. 

Además, todavía no cuenta con un taller profesional: “Dispongo de una bajera de 40 metros cuadrados lista para reformar, pero los presupuestos que he pedido han sido muy elevados, en torno a 40.000 euros”. Por esto mismo, tiene habilitada una de las habitaciones de casa como taller, aunque ya se le ha quedado pequeña. Dado que en el municipio en el que vive, Egüés, están reformando el vivero de empresas, espera que en unos meses ya esté operativo para poder trasladar ahí toda la maquinaria y almacenaje, y así agilizar procesos. 

En cuanto a peculiaridades y hechos que más enorgullecen a Landivar se encuentran su TFM sobre Rosalía, conseguir el mejor expediente académico en la carrera, la beca a la excelencia en el máster y la última experiencia laboral en Loewe. “Son algo que nunca hubiese imaginado y de los que me siento muy orgullosa”, matiza. No obstante, emprender también le enorgullece, porque es un reto enorme: “Sobre todo en esta marca que lleva el apellido de mi abuela materna, siento responsabilidad por lograr que funcione, sea rentable y sostenible en el tiempo”, finaliza.

Confección sostenible de excedentes textiles

La artesana Iratxe Landivar de Balduz cuenta que no es fácil encontrar empresas proveedoras estatales con un precio competitivo “cuando eres una marca que está empezando”. Según sus palabras, como en todo, cuanta más cantidad vayas a comprar, más puedes negociar.

A pesar de ello, está contenta de haber encontrado empresas proveedoras de confianza en tan pocos meses. Especifica que los retales de piel que utiliza son de Alicante y Ubrique, “cunas de la marroquinería” en el Estado. En cuanto a los pantalones vaqueros de segunda mano, trabaja con Koopera (“buscan la integración de las personas en riesgo o en situación de exclusión social que necesitan una segunda oportunidad”), y también con Traperos de Emaús (“prioriza la acogida a las personas con dificultades y la lucha por un mundo más justo y solidario”).