La ducha, aunque es una acción del día a día, es mucho más de lo que parece: una rutina para cuidar el cuerpo y la salud general. Al margen de la higiene, con la que terminar con el sudor, la suciedad o el mal olor, ayuda a cuidar la piel y a mantenerla en perfectas condiciones, así que resulta muy importante. 

Por no hablar de que refrescarse influye en el estado de ánimo, da una sensación de bienestar y hace que el cutis se vea más sano e hidratado. Sin embargo, no es tan sencillo como se cree, pues se siguen cometiendo ciertos errores que tiran por la boda todo el proceso

Una dermatóloga da con la clave

Para saber cómo debemos tomar una ducha, Leire Barrutia, una dermatóloga con gran presencia en redes sociales, nos aconseja para que este hábito sea lo más eficaz posible y que sirva como un ritual de cuidado personal.

En un vídeo reciente publicado en sus plataformas digitales, esta experta apuesta por cinco pasos para mantener la piel, hasta en quienes tienden a sufrir sequedad o sensibilidad. 

Duración de la ducha

El primer consejo que comparte Leire Barrutia es fijarse en la duración de la ducha. En sus palabras, nunca debería durar más de cinco minutos; de lo contrario, el agua podría llegar a afectar a los aceites naturales de la piel y deshidratarla.

Una mujer se lava la melena con mechas en la ducha. Freepik

Controlar la temperatura

La temperatura es la segunda pauta a tener en cuenta. Siempre que se pueda, el agua no debe estar demasiado caliente: basta con que esté templada o algo fría. Esto se debe a que el calor reseca la piel y debilita su barrera protectora

Cuidado con las esponjas

La tercera recomendación pasa por el uso de la esponja. Tal y como apunta esta dermatóloga, hay que renunciar a ella y frotarse solo con las manos, pues este objeto acumula humedad y restos de jabón, al igual que por dañar la superficie de la piel. 

Un hombre se peina tras salir de la ducha Dmytro Sheremeta

Elegir el jabón 

El jabón es el cuarto aspecto a analizar. Se recomienda utilizar geles suaves que contengan un pH similar al de la piel e ingredientes hidratantes. Una buena opción son los aceites limpiadores, que limpian a la vez que nutren el cuerpo. 

Uso de cremas hidratantes

La quinta y última instrucción está relacionada con las cremas hidratantes al salir de la ducha. Hacer este gesto es útil para reparar la barrera de la piel y cuidarla de factores externos, algo que marca la diferencia en el medio y largo plazo. 

Una mujer toma una ducha relajante. Freepik

Consejos extra para una ducha completa

Más allá de estas claves, también se puede secar la piel con toallas suaves y sin frotar para no provocar irritación, al igual que airear correctamente el baño para que los hongos y la humedad no se acumulen en las superficies. 

A mencionar también el momento de la ducha: los mejores momentos son a primera hora de la mañana y antes de dormir. Asimismo, medir las cantidades de jabón y otros ingredientes que usamos es imprescindible para no agredir la piel.