A grandes rasgos, podríamos definir un tatuaje como arte corporal. Se basa en incluir tinta o colorantes en la piel a través de agujas, dando paso a diseños y dibujos permanentes. A lo largo de la historia, han tenido diferentes significados culturales o estéticos. Y, a día de hoy, siguen siendo un elemento muy común en muchos cuerpos, como expresión creativa.
En los últimos años, las diversas etnias y estilos han dado lugar a creaciones impresionantes. No obstante, es importante saber que el mantenimiento de un tatuaje hace que este y la piel se estén sanos ante cualquier tipo de infección.
Cuidados recomendados para un tatuaje
Dado que este grabado es un cambio radical en la composición de la piel, es fundamental qué precauciones tomar para que no se infecte. Tal y como recomiendan desde la Clínica Mayo o Mayo Clinic, hay varias pautas para que la cicatrización no afecte a la salud.
- Aléjate del sol
El primer paso, y tal vez el más importante de todos en estas fechas, es evitar la exposición directa al sol. La radiación ultravioleta daña el tatuaje, ya sea en los colores o provocando infecciones o eccemas.
Por eso mismo, se aconseja tapar la zona del grabado lo mejor posible hasta que pase un tiempo. Asimismo, es mejor no estar en contacto con el agua de ríos, mares, lagos, etc. , para que las bacterias no interfieran en la pintura del grabado.
- Cuidado con la ropa
En lo que respecta a la vestimenta, es mejor optar por llevar ropa holgada que no roce ni se pegue al tatuaje. Esto ocurre porque las telas ajustadas irritan la piel o desprenden costras, además de estropear el diseño y otras propiedades del tatuaje.
La higiene también juega un papel fundamental. Es importante lavar con cuidado el tatuaje con agua tibia y jabón neutro, por lo menos, dos veces al día. Y en las duchas, es preferible evitar chorros de agua potentes: la alternativa es secar la zona con una toalla limpia.
- La hidratación, fundamental
La crema hidratante es un aliado importante. Si se aplica un humectante suave varias veces por día, la piel se mantiene hidratada y en buen estado. Por no hablar de que impide que se forman pústulas y la piel se vea dañada, así como a cuidar los poros del cutis.
A recordar que cada tatuaje es particular, por lo que es mejor hacer caso a las indicaciones que da cada tatuador, pues él es quien conoce cómo actuar en función de cada tipo de tinta, diseño y zona del cuerpo donde está el grabado.
El tatuaje a través del tiempo
El tatuaje no es ninguna moda, pues es un elemento con mucha historia detrás. Algunos afirman que las primeras referencias datan de hace más de 5.000 años, y se le atribuían funciones rituales, espirituales o sociales.
En civilizaciones como la egipcia, polinesia o la japonesa, son signos de estatus y protección; mientras que en otras sociedades, como la romana o la medieval, se consideraban marcas de castigo.