Los tatuajes, aunque son estéticos y considerados una forma de arte, exigen cuidados especiales para asegurar su correcta cicatrización y evitar complicaciones como infecciones o reacciones alérgicas. La limpieza adecuada de la piel, entre otras recomendaciones, son claves para preservar la calidad del diseño y los colores.
Por lo tanto, vamos a descubrir qué es lo que se debe hacer y lo que no a la hora de realizarse un tatuaje, y cómo cuidar la piel después de realizarlo para evitar cualquier tipo de contratiempo.
Pasos iniciales tras el tatuaje
Una vez realizado el tatuaje, es importante seguir a rajatabla las indicaciones del tatuador. Después del procedimiento, este colocará un film protector sobre el área tatuada para cubrir la piel de posibles infecciones durante los primeros días, cuando la piel es más vulnerable.
En el caso de que el tatuador use un film transparente, este debe ser retirado cuatro horas después de salir del estudio. En este caso, el film debe ser reemplazado con frecuencia para que el cuerpo pueda respirar correctamente.
Si se emplea un vendaje, debe cambiarse diariamente durante los cinco días siguientes. Para retirarlo, es necesario lavarse las manos con agua y jabón para prevenir la introducción de bacterias. Una vez retirado, se recomienda limpiar el tatuaje con agua tibia y jabón neutro.
Tras la limpieza, se debe secar la zona con un papel absorbente, evitando frotar. Durante las dos próximas semanas, es importante lavar el tatuaje tres o cuatro veces diarias y aplicar una crema hidratante específica para tatuajes, permitiendo que la piel respire.
Tiempo de cicatrización
El proceso de cicatrización de un tatuaje puede tardar entre una y dos semanas, dependiendo de factores como el tamaño del diseño y la respuesta individual de la piel, al igual que el estado de salud de cada persona.
Durante este tiempo, es normal observar una leve exudación de plasma o sangre, así como inflamación y costras. Sin embargo, si se presentan síntomas poco comunes, como un aumento de la inflamación o pus, es preferible consultar al tatuador o a un médico.
Consejos para el cuidado posterior
Estos son los pasos a seguir tras hacerse un tatuaje si queremos cuidar la piel.
1. Piel limpia e hidratada
Lava la zona con agua tibia y jabón neutro, secando suavemente con papel absorbente. Evita el uso de toallas o esponjas que puedan irritar la piel. Asimismo, y con moderación, aplica una crema hidratante sin perfume para evitar la irritación.
2. Ropa adecuada
Evita llevar prendas ajustadas que puedan irritar el tatuaje. Si es necesario, protege el área con un plástico.
3. Actividad física
Es aconsejable abstenerse de hacer deporte durante la cicatrización, ya que el sudor puede irritar la piel y aumentar el riesgo de infección.
4. Protección solar
Mantén el tatuaje alejado del sol, ya que los rayos UV pueden quemar la piel y afectar el color del diseño. Usa protección solar en la zona expuesta.
5. Evita rascarte y los baños
Aunque puede picar, rascarse puede provocar infecciones y dañar el tatuaje. Las costras deben dejarse sanar solas. Igualmente, al ducharte, limita la exposición del tatuaje al agua.
6. Cuidado con el verano
Si bien el verano es una época popular para hacerse tatuajes, las condiciones climáticas pueden aumentar el riesgo de infección. Si decides tatuarte en esta época, extremar los cuidados es crucial.
Breve historia de los tatuajes
Los tatuajes tienen una rica historia que se remonta a antiguas civilizaciones, como la egipcia y la japonesa, donde se utilizaban como símbolos de estatus y para fines ceremoniales.
Las primeras evidencias de tatuajes se han encontrado en momias egipcias de hace 5.000 años, lo que demuestra que esta práctica ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad.
El cuidado adecuado de los tatuajes es vital para disfrutar de esta forma de expresión artística a lo largo de los años. Con la información adecuada y los cuidados necesarios, cualquier persona puede asegurarse de que su tatuaje sea un símbolo de su identidad y una obra de arte duradera.