Ya hay un baskonista que oposita con firmeza a ser un asiduo habitual de los mejores highlights de la semana en la Liga ACB y la Euroliga. Hamidou Diallo se ha convertido en estos primeros compases de la campaña 2025-26 en un fichaje de impacto en el seno del Baskonia.

Un auténtico torbellino y un purasangre incontenible al que difícilmente alguien podrá domar apreciado que en el caos y la locura se siente como pez en el agua.

De las siete incorporaciones azulgranas durante el reciente mercado estival, este eléctrico exterior criado en Nueva York y formado en la Universidad de Kentucky es, hasta ahora, quien mejor impresión ha causado. Sobre todo, ya ha paseado una exuberancia a nivel físico y atlético que promete levantar al público del Buesa Arena de sus asientos en cada partido.

En el debut continental frente al Olympiacos, Diallo se fue hasta los 15 puntos y 5 rebotes en poco más de 20 minutos. Esta vez, las faltas no le penalizaron y pudo gozar de cierta continuidad pese a que ya se sabe que Galbiati no es partidario de que sus jugadores permanezcan excesivo tiempo sobre la pista.

Sin obviar algún error que deberá pulir con el transcurrir de la semanas, su energía a ambos lados de la cancha resultó contagiosa para que el Baskonia llevara al límite a un rival armado hasta los dientes como el griego, plagado de jugadores talentosos como Vezenkov, Fournier y Dorsey que justificaron su elevado caché en la cancha de Zurbano.

Voraz en transición

Dentro de su variado repertorio de acciones ante los griegos, hubo dos especialmente reseñables. Con 44-49 en el marcador al filo del descanso, robó un balón al veterano Papanikolau gracias a sus manos rápidas, salió al contragolpe como si fuese un consumado velocista jamaicano y finalizó el costa a costa mediante una bandeja repleta de plasticidad.

El indiscutible mérito de esos dos puntos radicó en que cogió impulso merced a un letal primer paso prácticamente desde lo alto de la bombilla, pero ello no fue óbice para que dejase el balón sobre el aro griego con una facilidad pasmosa. Y todo ello con la ayuda de esos privilegiados muelles que le permitieron ganar el concurso de mates del All-Star de la NBA en 2019.

Más adelante, con 84-83 a favor del Baskonia, el internacional con la República de Guinea también mostró los dientes en otra jugada que sintetiza lo que es capaz de hacer sobre una cancha de juego. Tras recibir el balón de Markus Howard a más de cuatro metros del aro, Diallo avanzó hacia el aro heleno como un verdadero poseso y consiguió un dos más uno sin que la amenazadora presencia de un consumado taponador como Donta Hall lo evitara.

Dudas con su muñeca

Su efusiva celebración encendió al Buesa Arena, necesitado de jugadores de su estirpe que muerdan y contagien por su entusiasmo. Queda claro que, de seguir así, Diallo se meterá muy pronto en el bolsillo a una afición azulgrana bastante desencantada con el rumbo de los acontecimientos tras una última temporada decepcionante con Pablo Laso en el banquillo.

Casi todos los puntos del exterior con pasaporte africano llegaron en transición –por cierto, el trío arbitral invalidó un dos más uno en la recta final que pudo cambiar la suerte del ganador– y en acciones vertiginosas donde la defensa del Olympiacos no estaba conformada. Imprevisible y centelleante, muy pocos rivales todavía le conocen.

En cambio, Diallo erró los dos triples que intentó y en uno de ellos ni siquiera tocó el aro. Aunque en algunos tramos de su carrera ha acreditado buenos porcentajes desde el 6,75, la amenaza exterior tiene visos de convertirse en el principal talón de Aquiles de este portento físico que, si bien ha hecho carrera en el baloncesto chino, sigue siendo carne de NBA.

Así lo demuestran los 268 encuentros al otro lado del Atlántico en franquicias como Oklahoma City Thunder, Detroit Pistons y brevemente en los Washington Wizards. En el Baskonia, de momento, ha entrado con buen pie un jugador que encaja como anillo en el dedo en el ideario baloncestístico de Paolo Galbiati y se ha propuesto ser uno de los mejores defensores del Viejo Continente.