Al Baskonia todavía le queda mucho por recorrer para alcanzar su mejor versión, pero la evolución siempre será más sencilla si, por el camino, se suman triunfos como el de este jueves ante el Partizan (88-82). Pese a ir a remolque durante gran parte del partido, los de Pablo Laso supieron reaccionar a tiempo y poner así la guinda a una velada especial en el Buesa Arena.
Especial por ser el estreno azulgrana de esta temporada en la Euroliga e, igualmente, por el esperado debut en el banquillo local del técnico gasteiztarra, ovacionado cada vez que hubo oportunidad. También se reconoció a Vanja Marinkovic por su etapa como baskonista y a Markus Howard por ser el mayor anotador de la competición la pasada campaña.
El de Nueva Jersey, por cierto, fue uno de los actores principales de la remontada del Baskonia. Cuando peor estaban los locales en la anotación, fue él quien se echó el equipo a la espalda para mantenerlo siempre cerca del Partizan. Costó darle la vuelta al marcador, pues los serbios respondieron a las intentonas locales, pero un convincente último cuarto lo hizo posible.
Howard, eso sí, no tuvo el único papel protagonista de la velada. Luwawu-Cabarrot, aun con un pequeño apagón, brilló en fase ofensiva y fue también decisivo para detener la sangría en defensa de los tres primeros cuartos. Algo en lo que también destacaron los tapones de Donta Hall y la intensidad defensiva de Forrest, Moneke y Tadas Sedekerskis.
Ese quinteto tan físico, en concreto, fue el elegido, y con acierto, por Laso para acabar con la clara dominancia de Partizan en la pintura. Hasta el último periodo, en el que se logró un parcial de 14-4 en cinco minutos, tanto Tyrique Jones, con 22 puntos, como Brandon Davies, con 20, fueron un serio problema al que Baskonia no supo responder.
En cuanto a los números azulgranas, Howard fue el mayor anotador (17) seguido de Luwawu-Cabarrot (15) y Tadas (14). Este último, precisamente, lideró el apartado de rebotes (6); y Moneke y Forrest igualaron en asistencias (4).
LA VUELTA DE MARINKOVIC
Otro de los protagonistas de la noche en el Buesa Arena, aunque en el equipo rival, fue Vanja Marinkovic. El alero serbio, ahora capitán del Partizan, volvió a la que fue su casa durante tres campañas, fue homenajeado por el club baskonista justo antes del salto inicial y, si bien no fue el más brillante del partido, sí que marcó diferencias en ciertos momentos.
