Desde luego que el estreno protagonizado en tierras insulares no fue el soñado por el renovado proyecto baskonista. El equipo vitoriano se sacudió un inicio de partido espeso en la circulación de juego, pero cayó estrepitosamente debido a un bloqueo en el arranque del último cuarto que desencadenó serios problemas en todos los aspectos del juego.
El Baskonia pasó de un 61-64 al término del tercer cuarto a sufrir un contundente parcial en contra de 20-3 casi hasta el final del encuentro. Y eso que la puesta en escena durante los primeros 30 minutos fue notable, teniendo en cuenta la baja de última hora de Hall y el simple hecho de tratarse de la jornada inaugural, cuando el engranaje aún no está completamente ajustado. El conjunto vitoriano generó anotación a través de múltiples recursos y logró igualar la dureza física del anfitrión.
Sin embargo, la desconexión en el último cuarto fue total. El equipo de Laso pagó muy caro su estado de ansiedad durante siete minutos, lo que provocó el estallido de júbilo en el Santiago Martín y el hundimiento de un Baskonia que no encontró solución alguna para enderezar su rumbo.
Por su parte, el Tenerife demostró ser un equipo consolidado y que hilvanó a la perfección todas sus jugadas bajo el manto protector del uruguayo Bruno Fitipaldo, algo lógico en un proyecto ya asentado. En comparación, poco se puede reprochar al Baskonia, ya que, como es normal en un equipo en fase embrionaria, todavía tiene trabajo para pulir su funcionamiento a lo largo de la temporada.
Otro factor que jugó en contra de los intereses azulgranas fue la escasez de efectivos en la rotación. Este mismo problema ya lastró al equipo la temporada pasada, cuando jugadores como Miller-McIntyre o Sedekerskis acumulaban minutadas sobre la pista.
En este primer partido, Pablo Laso no tuvo más remedio que apostar por quintetos de circunstancias para dar descanso a algunos de sus exhaustos titulares. De hecho, el Baskonia protagonizó una tímida reacción en el tramo final con un quinteto sin un pívot puro.
Sin Howard en pista debido a su eliminación por faltas, Forrest, Luwawu-Cabarrot, Rogkavopoulos, Sedekerskis y Moneke fueron los encargados de reducir la diferencia en el marcador. Aunque fue demasiado tarde, ya que la primera canasta en jugada llegó tras haber pasado más de siete minutos.
En cualquier caso, como señaló Pablo Laso en la rueda de prensa posterior, esta derrota en el estreno liguero debe servir como “aprendizaje” para su renovada plantilla. Un equipo que, esta misma semana, afrontará dos compromisos de suma importancia como reválida: ante el Partizan, en Euroliga, y contra el Morabanc Andorra, en la ACB. Ambos encuentros, eso sí, contarán con el apoyo del Buesa Arena, llamado a ser el indiscutible jugador número seis.