La caída de un foco de nueve kilos a la pista del pabellón Fernando Buesa el pasado 10 de marzo durante el tiempo muerto de un partido se debió a un fallo humano ya que faltaba una tuerca de sujeción y un cable de seguridad.

Así se recoge en una información remitida por la Diputación Foral de Álava, propietaria del pabellón, a las Juntas Generales a petición de Elkarrekin Araba.

El foco, colocado a unos quince metros de altura, se desprendió en un tiempo muerto del partido entre el Baskonia y el Barcelona y no provocó daños personales aunque cayó a escasos metros de las animadoras que en ese momento se encontraban en la pista.

El Gobierno Vasco abrió un expediente sancionador por este hecho porque entiende que el Baskonia podría haber incurrido en una "falta muy grave de la Ley de Espectáculos", que supondría una sanción de 30.000 a 150.000 euros.

La Diputación alavesa solicitó al Baskonia la elaboración de un informe técnico sobre lo sucedido y en sus conclusiones se explica que la ausencia de una tuerca de seguridad provocó que por las vibraciones otra tuerca que sujetaba el foco a la estructura fuera perdiendo agarre hasta que se soltó.

Además, la ausencia de un cable de seguridad hizo que el foco cayera a la pista en lugar de quedar suspendido en el aire.

Estas dos circunstancias, según se recoge en la información remitida a las Juntas Generales, determinan que fue un error humano el causante del accidente.

Rescisión del contrato

El Baskonia ha revisado el resto de focos instalados y sus estructuras sin que haya detectado más anomalías y ha decidido rescindir el contrato con la empresa que prestaba los servicios de iluminación en el pabellón.

El club también ha comunicado que va a poner en marcha un protocolo de supervisión de todos los elementos que se suspenden sobre la cubierta con carácter anual antes del comienzo de cada temporada y siempre que se lleve a cabo una reparación o reforma de alguna instalación.