Chima Moneke (Nigeria, 1995) es sin duda uno de los nombres del momento en el baloncesto europeo. Los acérrimos al deporte lo conocerán por ser el tercer jugador más valorado de la Euroliga y la principal estrella interior del Baskonia, mientras que quienes acuden al Buesa Arena fortuitamente tal vez lo conozcan como “el de las gafas y las rastas”. El caso es que, con su juego y su arrollador carisma, el que es actualmente una de las figuras del deporte alavés no deja indiferente a nadie. “Dime”, le dice en perfecto castellano a una sorprendida Pilar –la fotógrafa–, antes de prestarse amablemente a posar para las fotos. “Me gusta respetar la cultura de los lugares a los que voy y cuando uso alguna palabra en su idioma, pronunciarla bien”, comenta, ya en inglés. Un detalle que habla positivamente del personaje en cuestión, a quien no es necesario presentar.

¿Le gustan las entrevistas? 

Sí, me gustan. Esto es muy fácil para mí.

¿Qué me dice de las redes sociales y los medios de comunicación en general? Usted es muy activo e incluso se ha vuelto youtuber

Durante los últimos años varias personas han hablado conmigo y me he dado cuenta de que no soy sólo un jugador de baloncesto. Por mi personalidad y lo expresivo que soy creo que estoy hecho para las redes sociales e internet. Es algo que se me hace natural y fácil, lo disfruto.

¿Esperaba cuando fichó por el Baskonia en verano tener una temporada tan buena y tanta repercusión? 

Sí, totalmente. Estaba muy frustrado y decepcionado por cómo me fueron las cosas la campaña pasada en Sacramento y sobre todo en Mónaco. Me molestó lo que se dijo de mí como jugador, la gente empezó a opinar y a dudar de mí, y eso provocó que me frustrara. Vine aquí con una motivación enorme y todavía no estoy saciado porque la temporada aún no ha llegado a su fin.

"Las rotaciones de Ivanovic son estrechas y duras y él utiliza a los jugadores en los que confía. Ahora somos bastante mejores en defensa y tenemos una serie de reglas en las que es más fácil centrarse"

¿Por qué cree que las cosas no funcionaron en Sacramento y en Mónaco?

Sacramento fue diferente porque era mi primera experiencia en la NBA llegando desde Europa. Necesitaba demostrar y ellos tenían un equipo muy bueno, así que aquello lo entendí. En Mónaco lo que me frustra es que creo que si el entrenador (Sasha Obradovic) me hubiera dejado jugar como yo sé, habríamos ganado la Euroliga, sin duda. A veces las cosas no funcionan como querrías, pero ahora estoy aquí.

¿Siente que tiene con Dusko Ivanovic la conexión que no tuvo con Obradovic? 

Sí, él cree en mí, confía en mí y me recompensa cuando juego de la forma que él quiere. Es muy exigente conmigo, espera mucho de mí y me gusta sentir ese tipo de presión.

Chima Moneke cuando estaba a las órdenes de Peñarroya Baskonia

¿Qué cambió con la llegada de Dusko en lugar de Peñarroya? 

El enfoque. Ivanovic demanda atención y respeto y los jugadores quieren jugar bien para él y ser recompensados con minutos de juego, ya que sus rotaciones son estrechas y duras y él utiliza a los jugadores en los que confía. Ahora somos bastante mejores en defensa y tenemos una serie de reglas en las que es más fácil centrarse. Han cambiado las expectativas de cada jugador y también su enfoque.

“La vida es dura, muchos sufren y si puedo ayudar a un aficionado a tener un mejor día o un buen recuerdo del Baskonia, lo haré”

En esas rotaciones le ha tocado jugar 20 minutos o incluso más seguidos sin ser sustituido. ¿Le preocupa la fatiga? 

No pienso en ello porque en el partido sólo quiero ayudar al equipo a ganar, y normalmente en esos finales apretados en los que estoy jugando bien necesitan que esté ahí. Sí que es verdad que como atleta cada día que llego a casa siento algún tipo de dolor o de fatiga, pero esto es para lo que me alisté. No podemos jugar hasta los 50 años, así que hay que hacer los sacrificios ahora.

Ivanovic da instrucciones a Moneke durante el duelo contra el Andorra, en el que ejerció de base durante parte del segundo cuarto ACB Photo/A. Bouzo

Actualmente es el máximo reboteador de la Euroliga y segundo de la ACB. ¿Qué es lo que lo hace destacar en esa faceta? 

Un poco de todo. Cuando empecé a jugar a baloncesto con 13 años era algo en lo que siempre sobresalía por encima del resto, y nunca fui el más grande o el más alto. Obviamente soy atlético y enérgico, pero también es importante el instinto, medir bien los tiempos y sobre todo querer coger el balón. Hay algunos jugadores que no quieren rebotear o que piensan que no es sexy, pero yo necesitaba capturar balones para mantenerme en la cancha cuando no era tan virtuoso como lo soy ahora.

Hasta hace dos años, cuando jugó en el Manresa, era un desconocido en Europa. ¿Por qué tardó tanto en destacar siendo un jugador tan útil? 

Siempre se decía que era un buen jugador, “pero”... Y a ese “pero” le acompañaban excusas como “no es suficientemente alto”, “no tira suficientemente bien”, “lo hace a este nivel pero no será capaz de hacerlo al siguiente”... Siento que este es el primer año de mi carrera en el que se dice que soy un gran jugador y no hay peros después.

"La vida es demasiado dura para estar todo el día enfadado y yo no soy alguien negativo, me gusta ser positivo y hacer sonreír a la gente"

¿Está contento con el fichaje de Jordan Theodore? Ya no le va a tocar jugar de base cuando descanse Codi. 

Obviamente es positivo. La Euroliga es dura y, toco madera (golpea la mesa), cuando hay lesiones la hacen más difícil todavía, y hemos tenido que lidiar con varias esta temporada. Pero sí, es un veterano y lo que me han contado de él es que puede ayudar al equipo y que no se va a salir del guión ni arruinar la química del vestuario, lo cual es positivo. Eso sí, no me importaría seguir jugando de base un poco (risas). 

¿Le ha gustado? 

Sí, ha sido muy divertido. Me he sorprendido a mí mismo y también he demostrado al resto de equipos que tengo más recursos en mi juego de lo que todo el mundo pensaba.

Moneke, durante la entrevista concedida a DNA

Moneke, durante la entrevista concedida a DNA Pilar Barco

Ahora que ya tiene el cuadro completo de la plantilla, ¿hasta dónde cree que puede llegar el Baskonia esta temporada?

Tenemos equipo para estar en el play off de las dos competiciones que nos quedan, debemos entrar en ambos y luego quién sabe. Yo no voy a ningún partido pensando que vamos a perder, tenemos que ganar tantos encuentros como podamos e ir al play off y a la Final Four para ganar, es tan sencillo como eso. Luego las cosas saldrán peor o mejor.

"He asumido que soy más que un buen jugador de baloncesto, tengo un rol y una influencia, por lo que cuando llegue la atención va a ir de la mano con cosas positivas y negativas"

Cuando salta a la cancha lo anuncian como Chima ‘carácter’ Moneke. ¿Qué significa para usted esa palabra? 

He oído hablar mucho de cómo son los vitorianos y los aficionados del Baskonia, así como del perfil de jugador que les gusta, que trabaje duro. Creo que tengo las características de los jugadores que agradan aquí y así me lo han dicho, así que voy a seguir siendo como soy. Aquí lo aprecian.  

Moneke fue el mejor baskonista en la victoria contra el Bilbao Basket Alex Larretxi

Hay otra palabra que habrá oído vinculada a usted: ‘tribunero’. 

Sí, la escuché por primera vez hace dos años en Manresa. Es alguien que interactúa con los aficionados y a quien le gusta atraer su atención, o quién sabe lo que significa realmente. Yo hago mío el calificativo, así que si soy un tribunero, intentaré ser el mejor tribunero que haya.

"Quiero estabilidad, pero el baloncesto es también un negocio y nuestras carreras son cortas. Cualquiera que diga que el dinero no es importante..."

¿Por qué le dedica tanto tiempo a los aficionados? No es muy común. 

Porque los aficionados son muy importantes. Son personas, amo a las personas y me gusta hacerles sonreír y que sean felices. La vida es dura y hay muchas personas que sufren. Recibo numerosos mensajes en los que me dicen que no soy consciente de lo que hablar o sacarme una foto con ellos significa. A veces están pasando un mal día o un mal mes y el simple hecho de sonreírles les alegra la jornada. Las personas, los niños, se fijan en mí ahora y si puedo ayudarles a tener un mejor día o un buen recuerdo del baloncesto y del Baskonia, lo haré. La vida es demasiado dura para estar todo el día enfadado y yo no soy alguien negativo, me gusta ser positivo y hacer sonreír a la gente.

“Cada día que llego a casa siento dolor o fatiga, pero para esto me alisté; no jugamos hasta los 50 años, los sacrificios hay que hacerlos ahora”

La afición disfruta con sus celebraciones, pero también le han generado algunos enemigos. 

Siempre que alguien empieza a recibir atención la gente va a opinar sobre esa persona, y lo entiendo. He asumido que soy más que un buen jugador de baloncesto, tengo un rol y una influencia, por lo que cuando llegue la atención va a ir de la mano con cosas positivas y negativas. Yo lo acepto y convivo con ello, aunque no es para todo el mundo y no siempre resulta fácil. Hay mucha gente que inventa mentiras y extiende odio, pero yo me centro en lo importante. Si las personas que me conocen saben qué es lo importante para mí, me basta con eso.

¿Siente la misma conexión con la afición del Baskonia que la que tuvo con la del Manresa? 

No me gusta hacer comparaciones. La temporada allí fue especial y comparar cualquier cosa con ello sería quedarse en la superficie. Aquel año nadie esperaba nada de mí ni de mis compañeros y luego conseguimos hacer esa gran campaña con un ambiente fantástico en el vestuario. Nunca compararé nada con ese año tan especial para mí, por muy feliz que esté en Vitoria. Siento que ahora estoy en el sitio en el que necesito estar en este momento de mi trayectoria, me siento querido y yo quiero estar aquí.

Nunca ha estado más de un año en el mismo equipo. ¿Le gustaría echar raíces en Vitoria? 

Definitivamente, quiero estabilidad, pero el baloncesto es también un negocio y nuestras carreras son cortas. Cualquiera que diga que el dinero no es importante... No tengo pareja, pero quiero que se me cuide bien durante los años que esté jugando a baloncesto. Todos esos factores pesan y si alguno no se cumple puede pasar cualquier cosa, pero sí que me gustaría encontrar estabilidad.

Le lloverán ofertas tras esta temporada... 

Le he dicho a mi agente que no me hable de ello hasta que termine el curso porque tengo contrato. Después de lo que me pasó en Mónaco, donde iba a estar más de un año e incluso me dijeron que me retiraría allí, prefiero ir temporada a temporada... Los contratos están ahí, pero las cosas pueden cambiar mucho, sobre todo en Europa. Así que veremos qué pasa en verano.

“Lo peor de ser jugador de baloncesto es que a veces no te vean como un ser humano”

Chima Moneke, en las afueras del Buesa Arena Pilar Barco

Moneke es un libro abierto dentro de la cancha y también fuera de ella, ya que no tiene reparos en compartir parte de su vida ociosa en redes sociales. Eso sí, siempre se puede aprender algo nuevo sobre uno de los principales referentes del Baskonia en la actualidad.

¿Por qué viste el dorsal 95? 

Mi número favorito es el once, pero estaba cogido por Dani Díez. En el Mónaco usé el uno, pero no siento buena conexión con él por cómo fueron las cosas allí, así que elegí el 95 porque es el año de mi nacimiento, pero también porque es diferente. No conozco a nadie que lleve ese número. Siento que es como un nuevo comienzo para mí y creo que lo vestiré mucho tiempo. También me gustaría ser recordado y, como nadie más lo lleva, posiblemente la gente piense en mí cuando vea el 95. 

¿Cómo empezó a jugar a basket? 

Con 13 años lo probé y me enamoré de él. Quería ser jugador de fútbol, pero empecé a ganar altura y al final me decanté por el baloncesto. Empecé a ver mucha NBA y basket universitario y desde entonces ha sido siempre mi prioridad.

¿Quién era su ídolo entonces? 

Es y siempre va a ser LeBron James. Hasta tengo un tatuaje de los dos juntos en mi pierna.

"No suelo salir mucho de casa y lo prefiero, porque así puedo centrarme sólo en el baloncesto"

¿Hay algún jugador en el que se fije para aprender movimientos? 

No, nunca me he fijado en otro jugador, hago lo que pienso que es mejor para mí. No me gusta que se me compare con otros, creo que cada uno es diferente.

¿Qué es lo mejor y lo peor de ser un jugador de baloncesto profesional? 

Para mí, lo peor es que a veces no te vean como un ser humano. Me gusta sacarme fotos y lo acepto, pero hay algunos momentos en los que me gustaría ser un desconocido. Es una parte negativa, aunque creo que me gusta más que a otros. La parte buena es poder influenciar positivamente a muchas personas.

Moneke machaca el aro con rabia durante la victoria contra el Olympiacos Jorge Muñoz

¿Qué le gusta hacer cuando no está jugando a baloncesto?

Ver baloncesto, jugar a videojuegos, cocinar, viajar... Ahora me he creado un canal de Youtube, así que estoy investigando y cogiendo ideas para vídeos futuros. En general me gusta trabajar la mente y encontrar vías para ser más exitoso como jugador. 

¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de Vitoria?

No salgo mucho a la calle, la verdad. Me quedo en casa y lo prefiero, porque así puedo centrarme sólo en el baloncesto. No he hecho más que visitar unos tres restaurantes, y así ha sido siempre en mi carrera, por lo que no puedo responder a esa pregunta.