La dirección de juego está suponiendo un quebradero de cabeza para el Baskonia desde el principio de la temporada 2023-24 y se ha acentuado más incluso en la última semana, ya que la lesión de Chris Chiozza, que sufrió un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha en la visita al Baxi Manresa del 14 de enero, ha dejado a Codi Miller-McIntyre como único base disponible para Dusko Ivanovic en estos momentos.
El director de juego estadounidense, que aterrizó el pasado verano en Vitoria con el objetivo en principio de ejercer como segundo base de Nico Mannion, lleva todo el curso sacando las castañas del juego al equipo. Primero, porque su gran rendimiento como base titular compensó el fiasco que supuso el fichaje de Mannion y después porque con su privilegiado físico está siendo capaz de absorber una enorme cantidad de minutos para ayudar a la plantilla ante la ausencia de un recambio de garantías.
Sin embargo, en la actual situación en la que Miller-McIntyre es el único base sano del primer equipo y aunque en algún momento ha estado cerca de disputar los 40 minutos de un partido, resulta imposible que el de Carolina del Norte juegue todos los encuentros al completo con la intensidad con la que se compite en la Euroliga y con el actual calendario con dos o tres partidos por semana.
Lo ideal en esta situación sería incorporar un director de juego por el que el Baskonia lleva un tiempo rastreando el mercado, pero, como indicó el técnico Dusko Ivanovic en su última rueda de prensa tras la victoria ante el Andorra, ese movimiento sólo llegará “para añadir y dar cosas positivas, no alguien que entre y pueda perturbar al equipo”.
Por lo tanto, a la espera de que llegue ese esperado refuerzo por el que los seguidores azulgranas llevan suspirando desde que Nico Mannion dejó el equipo rumbo al Varese de la Serie A italiana, a Ivanovic no le está quedando más remedio que recurrir a la inventiva para cubrir la ausencia de un base durante los minutos de descanso de Miller-McIntyre. Para ello, no ha dudado en recurrir a una alternativa que ya utilizó con éxito hace más de dos décadas en Vitoria.
El 'cuatro' director de juego
En los dos últimos compromisos ante el Estrella Roja y el Morabanc Andorra, los dos que se ha perdido Chiozza hasta el momento, el equipo no ha acusado en exceso la ausencia del base de Tennessee. De hecho, en ambos compromisos se hizo con la victoria.
Es cierto que para ello Miller-McIntyre tuvo que superar los 30 minutos de juego –33:38 en Belgrado y 31:41 ante el Morabanc Andorra–, pero durante el tiempo en el que se sentó en el banquillo el equipo se las arregló bien con la orden de Ivanovic de que fueran los jugadores interiores quienes subieran el balón, huyendo de la alternativa de utilizar a Marinkovic como base, la más socorrida por Joan Peñarroya.
Según indicó el propio técnico montenegrino en rueda de prensa, su plan fue que los jugadores en el puesto de cuatro y de cinco ejercieran de base en ausencia de Miller-McIntyre, algo que, en su opinión, funcionó “bastante bien”. En el duelo contra el Morabanc Andorra fueron Dani Díez y sobre todo Chima Moneke quienes se encargaron de llevar el balón de un lado de la cancha al otro en gran parte del segundo cuarto, en el que el Baskonia se impuso por 29-21.
Esto quitó responsabilidad de los hombros a Howard y Marinkovic, que pudieron recibir el balón ya en cancha contraria, y además obligó a los jugadores altos del Andorra a defender lejos de su zona de confort para cubrir a Moneke, quedando así más descuidada la pintura. En ese contexto, de hecho, el nigeriano estuvo especialmente bien al lograr anotar 10 puntos y acudir en tres ocasiones a la línea de tiros libres.
Aunque a más de uno le sorprendió este recurso de Ivanovic, esta no es la primera vez que el técnico montenegrino utiliza a un jugador interior como base de circunstancias, algo que como muchos baskonistas recordarán ya sucedió en la Copa del Rey de Valencia de 2003.
En aquella ocasión, el preparador azulgrana sorprendió al Barcelona en la final al utilizar al ala-pívot francés Thierry Gadou como base durante parte de la final del torneo, obligando así a Roberto Dueñas a abandonar la pintura y generar espacios para el resto de jugadores baskonistas y de paso compensar los problemas de faltas de piezas como Bennett y Scola.
La estrategia funcionó bien y Gadou, cuyo paso por Vitoria-Gasteiz no fue muy exitoso, completó uno de sus mejores partidos como azulgrana con 11 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias, aunque no fue suficiente para evitar la derrota por 78-84. Ahora, obligado por las circunstancias, Ivanovic ha recuperado sus apuntes de aquella final.