Cody Miller-McIntyre es la auténtica revelación del Baskonia en la actual temporada. El base con pasaporte búlgaro era una verdadera incógnita para muchos en vísperas de su incorporación al equipo. Que si había descendido a dos equipos modestos como el Andorra y el Gaziantep antes de su llegada, que si tenía una mano de madera desde la larga distancia, que si sería incapaz de hacer olvidar a un base cerebral como Darius Thompson...

Todo eran dudas alrededor de un base huérfano de un gran bagaje en grandes equipos europeos hasta el pasado verano. En principio, debía ser la tercera pata de la dirección de juego azulgrana, pero tan solo unos meses después ya nadie duda de que es uno de los mejores bases de la Euroliga y que su cotización se encuentra por las nubes.

El Baskonia le firmó un contrato de 'uno más uno', por lo que bien haría ya en abordar una posible renovación para evitar las peligrosas tentaciones de los grandes 'tiburones' de la canasta a partir del próximo verano.

Ni siquiera los 28 puntos de Howard pueden eclipsar la portentosa exhibición de Miller-McIntyre ante el Anadolu Efes. El base nacido en Carolina del Norte se quedó a un mísero rebote de entrar con letras mayúsculas en la historia de la Euroliga. Con 14 puntos, 9 rebotes y 10 asistencias para un total de 26 créditos de valoración, acarició una hazaña que tan solo dos jugadores han rubricado desde el nacimiento de la máxima competición en la temporada 2000-01.

El primero en lograrlo fue Nikola Vujcic, verdugo del Baskonia con el Maccabi en la final de 2005 en Moscú. El pívot croata consiguió 27 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias ante el Petrol Olimpija en la jornada 6 de la temporada 2006-07.

Tuvieron que pasar trece años para que alguien repitiera una exhibición de este calibre en el curso 2018-19. Quien lo logró fue Nick Calathes vistiendo la elástica del Panathinaikos en un partido ante el Buducnost. Los números del actual base del Fenerbahce tampoco tuvieron desperdicio esa noche: 11 puntos, 11 rebotes y 18 asistencias.

El acierto de tres, su único lunar

Pues bien, Miller-McIntyre se hizo acreedor este viernes a compartir honores con ambos jugadores. El gran soldado de Ivanovic volvió a meterse entre pecho y espalda una minutada difícil de entender que quizá pueda pagar en el futuro, pero ello no fue óbice para que siempre hiciera lo que debía sobre la cancha turca.

Y es que no solo firmó números extraordinarios sino que controló el tempo del partido a su antojo. Cuando tuvo que acelerar el juego y se lanzó como un poseso hacia la canasta local mediante sus célebres costa a costa, generó infinidad de canastas para sus compañeros. Pero en el ataque posicional también supo poner el balón en el lugar adecuado en todo momento.

El único lunar de la noche fue el 20% desde la línea del 6,75. Miller-McIntyre volvió a ser 'flotado' de manera descarada y tan solo convirtió el primero de sus lanzamientos. Fueron los tres primeros puntos en el partido de un Baskonia que sigue en las mejores manos posibles al frente del timón.