El Baskonia pagó caro este jueves el derroche físico de las últimas jornadas y cayó derrotado ante la Virtus en una recta final condicionada por la falta de energía en las filas azulgranas. El aguerrido conjunto de Dusko Ivanovic, que no le perdió la cara al partido durante más de 30 minutos, no pudo aguantar el pulso a un rival con más oxígeno y frescura en sus piernas.

El equipo vitoriano estuvo falto de chispa y confianza en el último cuarto. De hecho, sufrió un bloqueo mental que le impidió anotar una canasta durante más de cuatro minutos y el rigor defensivo decreció de forma alarmante. Esto mismo dio alas a la Virtus, que encontró en Marco Belinelli al verdugo del conjunto de Zurbano, maniatado en un último asalto con claros síntomas de agotamiento. 

El veterano tirador italiano firmó su mejor actuación en Euroliga con 27 puntos. Lo cierto es que el Baskonia no encontró la fórmula para detener su precisión desde el exterior. Y es que su letal muñeca desde la línea de 6,75 metros en los últimos instantes, sumada a una pobre defensa baskonista, permitió a Belinelli castigar al anfitrión alavés sin contemplaciones.

Eso sí, la Virtus Bolonia sacó a relucir los motivos por los que se ha convertido en la revelación de la Euroliga. La escuadra liderada por Luca Banchi no sintió vértigo tras el arreón final del Baskonia y mantuvo la solvencia en ambos lados de la pista. Y es más, la veteranía de las piezas capitales como Belinelli, Hackett y Shengelia brindó a los italianos el poso suficiente para asestar un zarpazo letal en el último cuarto. Además, la Virtus logró hasta 26 asistencias y tan solo siete pérdidas, una inequívoca señal de la extraordinaria circulación de balón.

Imprecisos

Otro aspecto que penalizó en exceso al Baskonia fue la falta de acierto en el tiro libre. Los pupilos de Dusko Ivanovic supieron provocar faltas debajo del aro a través de las entradas a canasta, pero desperdiciaron la oportunidad de recortar la ventaja tras fallar siete lanzamientos de 25. El más insistente en este apartado volvió a ser Chima Moneke, quien anotó siete puntos desde el tiro libre. El vertical interior nigeriano fue, junto a Miller-McIntyre, un nombre propio en el acto de fe protagonizado por el Baskonia. 

A pesar del carácter mostrado por la guardia pretoriana de Dusko Ivanovic, los excesos del reciente compromiso liguero ante el Palencia y el kilometraje de los cinco partidos disputados en los últimos nueve días pasaron factura al conjunto vitoriano. Algo lógico dada la escasa rotación del montenegrino, quien tiene claramente definido su bloque. A este elenco se ha sumado definitivamente Rogkavopoulos, quien firmó una esperanzadora actuación con once puntos y tres triples.

Con todo, el Baskonia cayó con las botas puestas ante uno de los rivales más sólidos de la Euroliga. Poco queda por reprochar al conjunto de Ivanovic, que necesita más jugadores de garantías para una rotación bastante escuálida.