Cada partido en el que Tadas Sedekerskis salta a la cancha, su cotización sube y su renovación se encarece. La progresión del canterano baskonista, que la pasada campaña vivió la mejor temporada de su carrera en cuanto a sensaciones, números y protagonismo, parece no tener techo y este curso está elevando su juego a otro nivel.

El alero lituano ha pasado de ser uno de los hombres más importantes de la rotación hace un año a convertirse en el alma del equipo. Con la marcha de Rokas Giedraitis, el tres titular hasta este curso, el Baskonia apostó por fichar a un proyecto de futuro como Nikos Rogkavopoulos en vez de un alero titular y darle galones a Tadas Sedekerskis, que cubrió también en el pasado Mundial el hueco dejado por Giedraitis en la selección lituana.

Pues bien, la decisión no podría haber salido mejor. Quizás no tenga la muñeca de su compatriota, pero Sedekerskis tiene una capacidad de sumar en todas las facetas del juego que está al alcance de muy pocos jugadores en el continente en estos momentos. El jugador nacido en Nida pasa por el mejor momento de su carrera y es actualmente el defensor y reboteador más consistente con el que cuenta el Baskonia en sus filas.

Con su intensidad, su trabajadísimo físico –la evolución desde que debutó como azulgrana ha sido notable a base de invertir horas en el gimnasio–, su disciplina táctica y su liderazgo como capitán, es el encargado de elevar el tono defensivo del equipo. Si para Peñarroya ya era imprescindible, ahora se ha convertido en el jugador fetiche de Dusko Ivanovic, que ya le dio protagonismo en su anterior etapa y con el que promedia 33 minutos por encuentro en los tres choques disputados hasta ahora con el montenegrino al mando.

Su versatilidad y capacidad de defender a jugadores de diferentes estaturas tras los cambios automáticos en defensa que tanto le gustan al entrenador azulgrana convierten al capitán en el encaje perfecto en el sistema defensivo del equipo. También debe entusiasmar a Ivanovic la fe y garra del lituano a la hora de pelear el rebote, donde rara vez sale perdedor. De hecho, sus números son estratosféricos para un alero de dos metros de altura.

Sin ir más lejos, es el máximo reboteador de lo que va de Euroliga con nada menos que 9,3 capturas de media, muy por encima de los 7,6 de Nikola Mirotic, segundo clasificado en esta faceta, y superando a pívots especialistas como Lessort, Ibaka, Booker o Nebo. En el torneo continental, además, ha registrado un doble doble en dos ocasiones –11 puntos y 13 rebotes ante el Alba Berlín y el reciente 12-13 en El Pireo contra el Olympiacos– y lo ha rozado en otras tres –8-10 contra el Real Madrid, 10-8 ante el Bayern y 14-8 ante el Partizan–. No sorprende, por lo tanto, que sea el séptimo jugador más valorado de toda la Euroliga con 19,3 créditos de media.

Sus números en la ACB tampoco se quedan atrás, ya que es el quinto máximo reboteador con 7,1 capturas de media, superando a Willy Hernangómez, Poirier, Brandon Davies o Tomic, entre otros. También hay que añadir a su cuenta dobles figuras de 13 puntos y 14 rebotes ante el Andorra, algo que casi repite la pasada jornada con el 12-9 frente al Gran Canaria.

Sedekerskis durante el duelo contra el Zalgiris en Euroliga Jorge Muñoz

La prolongación de Dusko

Quizás Sedekerskis no sea el mejor jugador ofensivo con el que cuenta el Baskonia, pero es capaz de arreglárselas para sumar puntos con cortes a canasta, viajes a la personal, rebotes ofensivos y de vez en cuando algún triple liberado. Ahora con Dusko está anotando aún más (en los tres partidos ha registrado dobles dígitos en anotación ), gracias especialmente a las rápidas transiciones tras buenas defensas.

El conocer el sistema de antemano también está ayudando al lituano, que como capitán y jugador que ya estuvo en la anterior etapa del técnico se está encargando de trasladar la idea de Ivanovic a la cancha y encabezar la mejoría defensiva. Eso sí, Sedekerskis está demostrando sobradamente tener capacidad de volar sin la ayuda de Ivanovic y, como se vio en el Mundial, también sin la del Baskonia. En varias comparecencias ha deslizado su deseo de buscar nuevos retos fuera de Vitoria y eso, unido a lo que se está elevando su caché este curso, convierten la renovación de uno de los pilares del club y estandarte de la cantera en una misión dificilísima para el Baskonia.