La fortuna no ha acompañado a Facundo Campazzo en la temporada 2022-23, en la que no ha podido disfrutar del baloncesto de máximo nivel hasta hace bien poco, y todo ello por motivos ajenos a él, ya que en los cuatro encuentros que ha disputado este mes en Euroliga con el Estrella Roja ha demostrado encontrarse en un estado de forma excepcional.

El base argentino, una de las principales estrellas de la Euroliga durante su etapa en el Real Madrid entre 2017 y 2020, logró hace realidad su sueño de jugar en la NBA a principio de la temporada 2020-21, cuando tras jugar con el Real Madrid los primeros compromisos de la campaña fichó por los Denver Nuggets. El exterior de 1,81 metros de altura completó una primera temporada notable, liderando la segunda unidad de la franquicia de Colorado durante 65 partidos de la temporada regular y destacando especialmente en el play off, en el que realizó un gran papel siendo el base titular ante la baja de Jamal Murray y promediando 9,3 puntos y 4,1 asistencias en 27 minutos de juego en los que también demostró sus dotes defensivas.

Sin embargo, su minutaje y sus números en temporada regular fueron cayendo en el curso 2021-22, se le criticó ser demasiado pequeño para los estándares de la NBA y en el play off tuvo un papel residual, quedando fuera de los elegidos por Mike Malone para su rotación. Algo de lo que también se acusó, curiosamente, al baskonista Markus Howard, que coincidió con Campazzo en dichas dos temporadas en Denver y también tuvo que buscarse la vida el pasado verano tras no ser renovado.

Mientras Howard tomó el camino de la Euroliga, Campazzo, consciente de que a su edad (en el duelo contra el Baskonia cumplirá 32 años) no iba a tener muchas más oportunidades de jugar en la NBA, decidió esperar y le llegó la oportunidad de reunirse en los Dallas Mavericks con Luka Doncic, decisión que, al igual que prácticamente todas las que ha tomado esta temporada, le salió mal. Tras jugar solo ocho partidos y seis minutos de media, los Mavericks decidieron cortarlo en noviembre y apostar por Kemba Walker como segundo base para Doncic, alternativa que, por cierto, también fue un fiasco.

Tras ello, pudo fichar por el Real Madrid, pero las partes no llegaron a entenderse y recaló en el Estrella Roja. Poco después de cerrarse el trato, conoció la sanción de la Euroliga que impedía al club de Belgrado inscribir jugadores hasta marzo. En consecuencia, tuvo que quedarse reprimido en una competición más humilde como la Liga Adriática y no fue hasta el pasado 2 de marzo cuando pudo al fin debutar en el torneo continental ante el Bayern. Y ahí sacó todo su baloncesto a relucir. Volvieron sus asfixiantes defensas, sus robos, sus vertiginosas transiciones, su letalidad en el pick and roll y su muñeca, más afinada que nunca, con 15,5 puntos de media y su récord anotador en el torneo con los 24 tantos que endosó al Barça el pasado viernes. El rock and roll vuelve a estar de moda en la Euroliga.