Otra decepción más lejos del Buesa Arena, donde el casillero azulgrana en la Euroliga permanece inédito desde aquel lejano 16 de diciembre. El problema es que la de Kaunas duele más que otras por tratarse de un rival directo que, además, parecía al alcance del Baskonia ante sus sensibles ausencias en el timón.

Si el Top 8 termina escapándose por el sumidero –algo que está por ver porque los hombres de Peñarroya conservan sus opciones intactas–, todos los aficionados azulgrana tendrán muy claras las razones de la desilusión que supondrá quedarse fuera de la zona noble. Desde aquella doble alegría en la gira turca ante el Efes y el Fenerbahce, cada desplazamiento lejos de las fronteras está dejando un amargo sabor de boca.

El Baskonia como forastero concede demasiado y en uno de los grandes santuarios del Viejo Continente como el Zalgirio Arena no fue una excepción. La escuadra alavesa no pudo rascar nada positivo de la olla a presión en que se convirtió la cancha lituana, donde una fatídica gestión de los minutos finales supuso un serio revés en las aspiraciones baskonistas.

Todo lo que podía salir mal, acabó sucediendo ante la atenta mirada de los calientes seguidores bálticos que crearon una atmósfera irrespirable. El Baskonia afrontó el epílogo en unas buenas condiciones para satisfacer su objetivo, pero adoleció de colmillo afilado en el peor instante. Se entregó a la muñeca de Howard, aunque el de New Jersey no fue el de otros días.

Suspensiones, penetraciones y, en definitiva, acciones individuales que durante muchos tramos de esta temporada han salido cara con el visto bueno de todo el mundo se estrellaron esta vez ante el aro lituano. Sin embargo, cargar las tintas sobre Howard no sería justo porque es él quien debe jugarse los balones calientes en esta campaña y cualquier otra cosa no se entendería. Sin embargo, en Kaunas no pudo disfrazarse de héroe.

Lo cierto es que el Zalgiris fue, a la postre, un equipo más consistente y estable que el vitoriano pese a estar descabezado en el timón. Sus dos 'treses', el deseado en su día Brazdeikis y especialmente Ulanovas –al que tan solo Raieste acertó a reducir su álgido manantial–, causaron un roto en la defensa baskonista gracias a su enorme complexión físico.

El veterano alero hizo la vida imposible a sus compatriotas Giedraitis y Sedekerskis, que también salió en una de las fotos del final tras recibir un soberano tapón de Hayes.

Tres minutos de sequía anotadora impidieron al Baskonia sumar una victoria valiosísima ante un rival directo. Tras una buena conexión entre Thompson y Kotsar que permitió al poste estonio elevar el 73-75 al marcador, el conjunto azulgrana se perdió en un rosario de ataques mal ejecutados. La primera piedra en el camino fue colocada por Smits, autor de una canasta que igualó la contienda (75-75).

Suspensiones, penetraciones y, en definitiva, acciones individuales de Howard que durante muchos tramos de esta temporada han salido cara con el visto bueno de todo el mundo se estrellaron esta vez ante el aro lituano

Los de Peñarroya se vieron penalizados, además, por su rápida entrada en el bonus. Tras un triple errado por Howard, Butkevicius fue enviado al tiro libre tras una baldía pelea de Kotsar por el rebote defensivo que acabó en falta. Finalmente fue Dimsa quien sepultó las últimas esperanzas desde el 4,60 tras otra penetración errada por Howard y la posterior personal de Tadas que incluso bordeó la antideportiva.

En definitiva, una nueva desilusión lejos del Buesa que estrecha todavía más una clasificación al rojo vivo. Queda claro que fiarlo todo a la solidez en el recinto de Zurbano no será una buena idea de aquí al final de la fase regular.