La decepcionante temporada del Armani Milán, que recibe al Baskonia mañana a partir de las 19.00 horas, difícilmente se puede entender con una sola explicación. La interminable lista de lesiones, el bajo rendimiento de algunas de sus estrellas, la mala planificación de la plantilla, la falta de motivación al verse fuera de la pelea por el título o las dificultades de Messina para sacar el máximo partido de su equipo son solo algunos de los problemas que acechan a un equipo cuyo objetivo no era otro que optar al campeonato y que actualmente ocupa la última plaza de la Euroliga con únicamente seis victorias en 21 jornadas y una racha de cinco derrotas consecutivas. 

Otra de las razones de la decepcionante campaña del Armani tal vez resida en la edad media de una plantilla con mucha experiencia, pero ya envejecida. Una fórmula que, con algunos matices, sí que le está funcionando al Barça, pero para el Armani le está resultando a todas luces insuficiente para obtener resultados en un baloncesto cada vez más físico y en el que se juega a un ritmo vertiginoso. El vivo reflejo de ese paso del tiempo quizás sea el veterano pívot Kyle Hines, que hace unos años se habría movido como pez en el agua en este explosivo escenario de ida y vuelta, pero que a sus 36 años ya no es el dominante pívot de antaño.

Eso no quiere decir, ni mucho menos, que el interior norteamericano esté acabado. Es envidiable que tras tantos años en la élite y un palmarés fantástico con cuatro títulos de Euroliga (dos con el Olympiacos y dos con el CSKA), Hines aún mantenga intacta su hambre y conserve un físico privilegiado que le permite seguir machacando el aro con autoridad y sembrando el pánico entre sus rivales pese a su baja estatura para su posición (1,98 metros).

Hines intenta imponerse a Rivero y Claver durante un duelo de este curso ante el Valencia Basket Euroliga

Su fuerza y la inteligencia que da la experiencia le permiten seguir imponiéndose a jugadores más altos y jóvenes en la pelea bajo los tableros y ser aún una pieza importante para Messina, pero en el ida y vuelta constante sus piernas ya no aguantan lo que antaño. De hecho, el técnico italiano está teniendo que racionar sus minutos (ha pasado de 24 por encuentro el curso pasado a 19) y sus números también han empezado a caer. Si la campaña pasada se mantuvo fiel a los promedios de su carrera deportiva con 8 puntos, 5,2 rebotes y 11,8 créditos de valoración, este curso ha bajado hasta los 5,4 puntos, 4 rebotes y 7,9 de valoración, delegando su rol de pívot principal a Brandon Davies, que con 31 años tampoco es precisamente un juvenil. 

Incombustible

Pese a no ir tan sobrado de fuerzas como antes, no cabe duda del compromiso y de la entrega del estadounidense, que se encierra durante horas en el gimnasio para mantener su tono físico y su rendimiento. De hecho, Hines es el único jugador del Armani junto a Devon Hall y Nicolo Melli que ha disputado todos los encuentros de la presente Euroliga, y tras el choque contra el Baskonia, Melli, que arrastra fatiga muscular en los dos gemelos, también se caerá de esta selecta lista.

De seguir en esta línea, podría quedarse a un paso de hacer historia y convertirse en el jugador con más partidos disputados en la Euroliga. El interior de Nueva Jersey superó hace tres jornadas a una leyenda como Georgios Printezis (375) en la segunda posición del ranking de jugadores con más encuentros a sus espaldas en el torneo continental y actualmente acumula 378, a solo 14 del lituano Paulius Jankunas (392), que al igual que Printezis colgó las zapatillas al final de la temporada pasada. En caso de disputar todos los choques que le restan al Armani de fase regular este curso, Hines se quedaría a solo uno del récord de Jankunas, que podría superar esta temporada en el remoto caso de que los italianos obren el milagro y se clasifiquen para el play off.

De lo contrario, Hines deberá seguir compitiendo un año más si quiere batir ese récord. De lo que sí puede presumir es de ser el jugador que más canastas de dos puntos ha materializado (1.255) y que más rebotes ofensivos ha recogido (777, dejando atrás los 705 de Reyes) en la historia del torneo, además de ser el estadounidense con más partidos de Final Four (18) a sus espaldas. 

Más complicado tiene alcanzar los 2.010 rebotes totales de Jankunas (actualmente acumula 1.741), pero si hay alguien capacitado para hacerlo, ese es el incombustible pívot del Armani. Un hombre forjado con acero inoxidable cuyo nombre va a quedar irremediablemente vinculado al de la Euroliga. Uno de los interiores bajitos más grandes que ha visto el baloncesto Europeo y del que seguro que algo pueden aprender Enoch, Kotsar o Costello cuando les toque medirse con él en Milán.