Al Baskonia le ha sonado tarde el despertador en la Euroliga. El conjunto azulgrana ha firmado una recta final en Europa espectacular. Cinco triunfos en los últimos seis partidos -Efes Pilsen (87-74), Asvel (69-72), Alba Berlín (85-68), Fenerbahce (77-62) y el de este viernes ante el Zalgiris (96-79)- han permitido a la escuadra gasteiztarra maquillar sus discretos números en la competición continental.
De hecho, han llegado incluso a soñar con colarse en el Top 8, opción esta que hubiera sido inviable de haber seguido los tres equipos rusos en la competición. Sin embargo, ni tras la expulsión del CSKA, Zenit y Unics ha sido posible. La derrota de la semana pasada ante el Mónaco, la única en estas seis últimas jornadas, unido a la victoria del viernes del Bayern ante el Estrella Roja acabaron por enterrar cualquier mínima opción de alcanzar las eliminatorias previas a la Final Four.
Un equipo reconocible al final
Ha estado cerca. Todo gracias a que a última hora ha aparecido la raza, el carácter, ese equipo dominador y agresivo que tanto se ha echado en falta meses atrás. Mucho tiempo esperando para ver una versión reconocible del Baskonia. Sin embargo, la reacción ha llegado tarde. Muy, muy tarde.
Y es que hasta esta resurrección vivida en estas últimas semanas, el Bitci Baskonia ha deambulado con más pena que gloria por la máxima competición continental. Buena prueba de ello es que la escuadra del Buesa Arena ha firmado su peor porcentaje de triunfos en sus 22 participaciones en la Euroliga con un pobre 37,5% tras haber ganado 12 y perdido 20 partidos, contando los cuatro ante los equipos rusos, que pese a que finalmente no computan para la clasificación tras ser eliminados de la competición sí que se produjeron y cuentan a la hora del balance. Un pobre balance.
El Baskonia fuera de casa tan solo ha ganado tres partidos -Asvel, Alba y Bayern- y en el Buesa Arena ha sufrido siete derrotas en 16 jornadas
Tanto con Dusko Ivanovic primero, como con Neven Spahija después. El montenegrino acabó con un pobre balance de 3 victorias en los primeros 9 compromisos (33,3%). Con el de Bjelo Polje, el Baskonia tan solo fue capaz de ganar al Panathinaikos (81-79), Alba Berlín (76-80) y Mónaco (78-66), mientras que salió derrotado en los seis compromisos restantes y en muchos de ellos de paliza. La primera en el estreno del torneo ante Olympiacos (75-50), mientras que luego llegaría la sufrida ante el Milán (64-78) y tras el paréntesis de tres triunfos europeos se sucedieron las cuatro derrotas consecutivas que acabaron con el puesto de Ivanovic en el banquillo -Unics (83-69), Zenit (83-54), Maccabi (69-87) y Barça (93-67)-.
Spahija, bien, fatal y muy bien
Ahí llegó el relevo. Pese al brillante inicio de Spahija en el banquillo ante el Estrella Roja, victoria por 93-74, el croata tampoco pudo reconducir la situación. De hecho, bajo su batuta el Baskonia firmó entre enero y febrero su peor racha en Euroliga tras enlazar ocho derrotas consecutivas -Real Madrid (89-74), Bayern (77-84), Panathinaikos (75-63), Zenit (82-90), Olympiacos (62-72), Milán (89-78), Maccabi (94-93) y Estrella Roja (86-83)-.
Un lastre que al fin y a la postre ha sido imposible recuperar. Ni con una reacción heroica. Una racha esta última que al menos ha servido a Spahija para mejorar su balance en Europa. Pero ni con esas queda en positivo el de Sibenik. El Baskonia bajo su batuta ha ganado 9 partidos y perdido 14, lo que supone un 39,1% de triunfos.
En definitiva ha sido una temporada, salvo el sprint final, para olvidar. Incapaz a domicilio y sin solidez en casa. Los números así lo confirman. El Buesa Arena ha dejado de ser este curso el fortín de antaño y el Baskonia ha perdido siete de 16 partidos ante el amparo de su público -Milán, Maccabi, CSKA, Real Madrid, Bayern, Zenit y Olympiacos-, mientras que fuera tan solo ha podido ganar tres de los 16, a los dos equipos alemanes, Alba y Bayern, más el del Asvel.
La falta de cohesión al inicio del curso y la ausencia por lesión de un hombre clave como Alec Peters han pasado factura al equipo
Insuficiente. Lejos de las cifras habituales de un Baskonia que este año ha pagado cara su falta de cohesión al inicio, la ausencia por lesión de un Alec Peters de lo que aporta al equipo o la incorporación tardía de jugadores como Fontecchio, a quien al inicio le pesó el cansancio de los Juegos Olímpicos, o de un Costello que ha empezado a carburar también en este 2022. A todos ellos se suma la irregularidad de Wade Baldwin, quien también ha despertado tarde y en este nuevo año se ha convertido en el jugador más valorado de la Euroliga.
Ahora sí que hay química. El no haberla tenido hasta este último mes de competición ha provocado ver al peor Baskonia de la historia en Euroliga. Hasta ahora el peor porcentaje de victorias databa de la temporada 2019-2020, cancelada por el covid, cuando el equipo presentaba 12 triunfos en 28 partidos (42,85%). A continuación llega el 45,8% -11 partidos ganados de 25- de los ejercicios 2013-14 con Sergio Scariolo y del 2014-2015, primero con Crespi y después con Ibon Navarro. Ahora se ha caído hasta un 37,5%.