Con el buen sabor de boca que dejó el reciente triunfo ante el Alba Berlín, el Baskonia completa esta noche (20.00 horas) ante el Río Breogán su trilogía de partidos dentro de otra semana agotadora a nivel físico y mental. El problema es que el equipo dirigido por Neven Spahija, muy necesitado y con urgencias evidentes a nivel doméstico, no se encuentra en condiciones de levantar el pie del acelerador antes de ninguna jornada.

Por primera vez en mucho tiempo, la clasificación azulgrana para el play off por el título empieza a pender de un hilo tras una trayectoria ciertamente errática que comprende excesivos tropiezos ante los adversarios más asequibles.

El calendario no concede tregua alguna y esta vez visita el Buesa Arena una de las revelaciones de la actual edición liguera que, para más inri, ostenta prácticamente el mismo balance que los gasteiztarras a nivel clasificatorio. El Río Breogán -rearmado recientemente en el timón con la llegada del barcelonista Agustín Ubal en forma de cesión- es un equipo de infausto recuerdo para el Baskonia, que prácticamente cavó su tumba a la hora de ausentarse de la pasada Copa del Rey tras caer ante este mismo rival en el Pazo Provincial dos Deportes.

Aquel doloroso 89-83 de la ida escoció de lo lindo y fue la antesala del monumental chasco que representó la ausencia de los vitorianos del cartel del torneo celebrado durante el mes de febrero en Granada. El Baskonia confía ahora en ajustar cuentas con un rival que, pese a su condición de recién ascendido y su limitado presupuesto, está rindiendo muy por encima de lo esperado y atesora una innata facilidad para anotar.

Y es que la escuadra dirigida por el balcánico Veljko Mrsic, el recambio de Paco Olmos a mitad de temporada en Lugo tras su abrupta salida con destino a Burgos, anota más de 84 puntos de media por velada, aunque también encaja mucho. La culpa de su pujanza a todos los niveles la tiene básicamente su rutilante estrella, Dzanan Musa, el jugador que encabeza la tabla de valoración y anotación a nivel doméstico con 22,9 y 20,2 puntos de media, respectivamente.

El elegante alero bosnio apura los últimos días de su dorada estancia en tierras lucenses antes de poner rumbo a algún grande del Viejo Continente. En la ida ya endosó 26 puntos al Baskonia, que precisamente no sobresale esta campaña por su sacrificio atrás y últimamente se está viendo atormentando por los exteriores de sus rivales.

Beliauskas (Obradoiro) viene de endosarle seis triples y días más tarde fue el barcelonista Laprovittola quien se ensañó, esta vez con ocho dianas, con un equipo vitoriano que, tal y como sucedió ante el Alba, apelará de nuevo al empuje de sus secundarios para diversificar sus peligros. El progresivo desgaste que está sufriendo una plantilla excesivamente corta obliga a Spahija a rebuscar soluciones en el banquillo. Estas llegaron en el partido del viernes y, por lo tanto, conviene darle continuidad a lo que funciona.