Muchos escoltas, y a la vez ninguno. En el parón del pasado mes de febrero por la disputa de la Copa del Rey y las ventanas FIBA, Neven Spahija tuvo tiempo de sobra para aclarar sus ideas y, como dijo el propio técnico, realizar algunos ajustes en la jerarquía de los jugadores baskonistas dentro de la rotación. Estos retoques se han traducido en un mejor rendimiento del equipo y así lo refrenda la racha de tres victorias consecutivas que llevaban los gasteiztarras hasta el pinchazo del pasado domingo en cancha del Obradoiro.

Spahija ha dado galones a Baldwin, Fontecchio y Costello y ha elaborado una rotación en la que hasta once jugadores de la plantilla cuentan con una mínima dosis de minutos para intentar destacar. Parece claro que Baldwin es el base principal, Alec Peters el ala-pívot, Costello el pívot y Fontecchio disputa la mayoría de minutos como alero. El puesto de escolta, sin embargo, sigue sin tener dueño y así lo demuestra que en los seis encuentros disputados desde el parón hasta cinco jugadores diferentes hayan pasado por esa posición: Marinkovic, Granger, Kurucs, Giedraitis y Raieste. Marinkovic, el único dos puro con el que cuenta el Baskonia en nómina, sigue sin encontrar regularidad y eso supone un quebradero de cabeza para Spahija, que, a falta de un escolta que se imponga al resto, prefiere que varias piezas diferentes se turnen en el mismo puesto.

En los dos primeros duelos tras el parón, contra Maccabi y Estrella Roja, el croata apostó por alinear a Marinkovic como escolta titular, con Giedraitis en el puesto de alero y Fontecchio en el cuatro. El exterior serbio arrancaba de inicio en el primer y el tercer cuarto para luego desaparecer de la rotación y ceder su puesto a Granger, Giedraitis o Raieste, en función de cómo se desarrollara el encuentro. Posiblemente el técnico esperaba que la titularidad concediera mayor confianza en el tiro a Marinkovic, pero al ver que sus números seguían siendo escasos, decidió a partir de la visita al WiZink Center cambiar a un quinteto más alto con Giedraitis en el puesto de dos, Fontecchio en el tres y Peters en el cuatro.

No cabe duda de que en la plantilla de este curso existe una gran descompensación entre el puesto de escolta y el de alero, ya que en el primero Marinkovic aparece como único efectivo y el segundo lo comparten dos de las estrellas del equipo como son Fontecchio y Giedraitis. Por ello, para que puedan estar juntos en cancha uno de los dos debe jugar en una posición que no le es habitual, ya sea el italiano como ala-pívot o el lituano como escolta, opción esta segunda por la que ha apostado Spahija en los últimos cuatro compromisos. Rokas parte como dos titular y en cuanto Fontecchio se sienta en el banquillo vuelve a su puesto natural, el de alero, cediendo el testigo a cualquiera de los otros compañeros citados. Aunque la fórmula no está funcionando mal, lo cierto es que Giedraitis no termina de encontrarse cómodo en ese puesto, especialmente cuando le toca defender a escoltas más ágiles y rápidos que él como fue el caso de Robertson contra Obradoiro, por no hablar de la elevada carga de minutos que disputa (7º en la ACB con 28:50 de media y 11º en Euroliga con 29:04).

Además, es difícil saber quién es el segundo en discordia en el puesto de escolta. En el último duelo contra el Obradoiro fue Raieste el primero en ocupar el lugar de Giedraitis, aunque en la segunda mitad, sorprendentemente, no volvió a aparecer y fue Marinkovic el que ejerció de escolta suplente saliendo desde el banquillo. Todo lo contrario ocurrió un semana antes, contra el Real Madrid, cuando el serbio fue el elegido para jugar cinco minutos en la primera parte y el estonio jugó otros cinco en la segunda. El que cerró el partido acompañando a Baldwin, sin embargo, fue Granger, a quien ya se ha visto en muchas ocasiones compartir cancha con el norteamericano, especialmente cuando el equipo sufre en la dirección de juego. Algo similar ocurre con Kurucs, cuyos escasos minutos se ven repartidos indiferentemente entre las dos posiciones de la cuerda exterior.

La única conclusión que se puede sacar de las variopintas rotaciones de Spahija es que no hay un escolta que le convenza por encima del resto. Cuando Giedraitis ejerce como alero o está en el banquillo, existe un vacío en el dos que canteranos como Raieste o Kurucs pueden aprovechar para dar un paso al frente y hacerse un hueco definitivamente en la rotación, más aún ahora que Granger arrastra molestias físicas en el pie y participará menos de lo habitual. Y es que hay mucha competencia en la plantilla para acompañar a Baldwin en la cancha, pero, al mismo tiempo, ninguna.

Giedraitis, Granger, Marinkovic, Raieste y Kurucs se han ido turnando como acompañantes de Baldwin en la cuerda exterior