Solo unos pocos jóvenes son capaces de tirar abajo la puerta del baloncesto de élite desde el primer momento y sacar de la rotación a jugadores más curtidos y experimentados que ellos nada más dar el salto al baloncesto profesional. Este privilegio está normalmente reservado para esas primeras elecciones del Draft de la NBA, que ya han arrasado en el baloncesto universitario, o a aquellos con un talento excepcional perceptible a simple vista como fue el caso de Luka Doncic en el Real Madrid. Lo habitual, no obstante, suele ser que la promesa vaya entrando paulatinamente en los planes del primer equipo y aproveche oportunidades puntuales como la lesión o mal rendimiento de un compañero, la llegada de un nuevo entrenador o los minutos de la basura de los partidos sentenciados para destaparse y abrirse paso en la rotación.

Lo que no es tan habitual es que esta oportunidad surja cuando un compañero regresa tras lesión y se incorpora a la rotación con una importante suma de minutos. Este, curiosamente, puede ser el caso de Arturs Kurucs, que el pasado domingo completó uno de sus mejores partidos con la elástica baskonista con 12 puntos y cuatro triples en seis intentos -sus máximos en ACB-, mostrando además carácter y siendo clave en la victoria por la mínima contra el Morabanc Andorra. Y es que el exterior letón, que apenas ha gozado de regularidad en sus intervenciones esta temporada y ha vivido a la sombra de Baldwin, Granger, Lamar Peters y Marinkovic, tiene ante sí una oportunidad inmejorable para crecer, ganar confianza y establecerse como una pieza importante en la rotación de Spahija. Todo esto gracias al regreso de Alec Peters a la competición tras perderse la primera mitad de la temporada por lesión.

En efecto, la vuelta del ala-pívot, uno de los mejores jugadores de la plantilla y segundo capitán del Baskonia, obliga a Neven Spahija a realizar un descarte en los partidos de la ACB entre Wade Baldwin, Lamar Peters y Alec Peters, ya que las reglas del torneo impiden jugar con más de dos jugadores extracomunitarios. Ante esta situación, lo lógico es que el técnico croata opte en la mayoría de ocasiones por dejar en la grada al base Lamar Peters, que está un escalón por debajo de los otros dos estadounidenses en cuanto a calidad y galones, lo cual abre una excelente oportunidad para Kurucs, ya Lamar Peters era hasta ahora quien estaba ejerciendo como hombre de refresco para Baldwin y Granger. Ahora, al menos en los compromisos de ACB, el letón puede asentarse en ese rol y asegurarse cierto protagonismo, ya sea en el puesto de base o en el de escolta, donde destacó en Andorra con algo más de 16 minutos de juego.

Marinkovic, su competencia

Si la plantilla no sufre más cambios en el juego exterior de aquí a final de temporada, todo indica que el canterano azulgrana deberá pelear sus minutos en ACB con Vanja Marinkovic, ya que Baldwin y Granger son intocables. El escolta serbio no estuvo en Andorra por enfermedad, pero volverá próximamente a las convocatorias y Spahija apostará por el que mejor rendimiento ofrezca. La otra opción que tiene el entrenador para el puesto de dos es Rokas Giedraitis, pero su posición natural es la de alero. Tras su buen partido contra el Morabanc Andorra y a dos días de cumplir 22 años, Kurucs partirá con un poco de ventaja sobre Marinkovic cuando regrese el serbio, oportunidad que no debe desaprovechar para intentar consolidarse en el Baskonia y seguir así el camino marcado por Tadas Sedekerskis la pasada campaña.