El Baskonia se encuentra por fin cerca a punto de recuperar la ansiada normalidad. El partido de este martes ante el Anadolu Efes quedó suspendido días atrás pero todo hace indicar que los dos compromisos a domicilio de esta semana ante el Real Madrid, correspondiente a la Euroliga, y el MoraBanc Andorra, ede ACB, sí se celebrarán salvo que los test de mañana deparen alguna sorpresa negativa.

El club vitoriano está viviendo una auténtica pesadillla por culpa del covid-19. De hecho, se han aplazado los últimos cuatro partidos ante el Burgos, el Maccabi, el Río Breogán y el citado Anadolu Efes.

La pandemia empezó a golpear con fuerza al equipo después del, en primera instancia, falso positivo de Neven Spahija en vísperas del enfrentamiento en el Príncipe Felipe ante el Zaragoza. El técnico croata tuvo que confinarse a las pocas horas y el partido continental ante el Barcelona, de inmejorable recuerdo, tuvo que dirigirlo David Gil.

El virus, por entonces, ya había penetrado con fuerza en el vestuario azulgrana. Hasta el punto de que el Baskonia lleva sin competir cerca de dos semanas tras sumar diferentes positivos en los test PCR durante los siguientes días.

Sin embargo, dentro del club vitoriano existe ahora un moderado optimismo para recuperar poco a poco la normalidad. Regresar a la rutina de los entrenamientos y los partidos contituye un deseo compartido por directivos, jugadores, técnicos y aficionados tras doce días infernales donde ha resultado imposible realizar algún entrenamiento de calidad y hacer dinámica de equipo.

Los pocos jugadores sanos han trabajado casi siempre de forma individualizada o en pequeños grupos, por lo que la vuelta a la competición ante el Real Madrid se intuye a corto plazo francamente complicada. Básicamente por la pérdida de tono físico y ritmo, algo que convierte la inminente visita al WiZink Center en una misión prácticamente imposible. Eso sí, es seguro que ante los blancos se registrará alguna baja importante.

Si el virus lo permite, al Baskonia le aguarda un maratón de partidos en las próximas semanas. De hecho, se verá obligado a competir con, a lo sumo, 72 horas de descanso con una plantilla más justa de efectivos tras la desvinculación de Landry Nnoko. Tras medirse al todopoderoso Real Madrid, los alaveses cerrarán esta semana ante el Andorra en un partido sin ninguna validez de cara a sus aspiraciones coperas.

Será a partir de la próxima semana cuando llegue lo realmente importante con la disputa de los dos encuentros que dictaminarán la presencia o no del Baskonia en la Copa del Rey de Granada. El miércoles 19 espera en Lugo un rival directo como el Río Breogán y cuatro días más tarde llegará el flamante Burgos de Paco Olmos al Buesa Arena.

Los discípulos de Neven Spahija necesitan ganar ambos partidos para sellar el billete hacia tierras nazaríes, aunque en función de otros resultados pueden quedar excluidos del cartel copero aun sumando sendas victorias. Algo que sería difícil de digerir para los aficionados del Baskonia dado el interés que despierta año tras año el torneo más atractivo de la campaña.