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El rival del Baskonia

Una bomba en el banquillo

Trinchieri es un técnico de carácter, pero con capacidad de tender puentes con sus estrellas

Una bomba en el banquillo

No necesita mucho para explotar. Andrea Trinchieri es de combustión rápida. Una bomba. Su fuerte carácter le ha llevado a tener más de una enganchada con el trío arbitral. Por eso, no es extraño que el entrenador del Bayern sea uno de los que más técnicas reciba en la Euroliga.

Raro es el encuentro en el que al menos no es apercibido por los colegiados con ser sancionado por sus enérgicas protestas. Es un hombre de carácter. Mucho además. Se enciende rápido. Buena prueba de ello es lo sucedido en el partido ante el Real Madrid de la temporada pasada. Entonces coincidió con su compatriota Luigi Lamonica, uno de los árbitros con más afán de protagonismo y silbato fácil de toda la Euroliga y pasó lo que cabía esperar.

El entrenador del Bayern no tardó mucho en enfilar el camino de los vestuarios tras recibir una doble técnica a los tres minutos y 24 segundos, que fue los que tardó Lamonica en expulsarle. Queda claro que Trinchieri es sin lugar a dudas uno de los entrenadores que con más pasión vive los partidos desde la banda.

Es que Trinchieri no se corta. Ni con los árbitros ni con sus jugadores. Un buen ejemplo de esto es lo sucedido también hace un año en un partido de la liga alemana con una de las jóvenes promesas del Bayern en el duelo ante el Bamberg. Entonces, el entrenador italiano dio entrada a Matej Rudan, un joven jugador de 19 años, al que un minuto más tarde de saltar a pista le retiraba de la misma y le mandaba directamente al vestuario.

Frenar las malas actitudes

El técnico lombardo justificaba su decisión de una manera más que gráfica. "Y la próxima vez le envio directamente a la autopista". Trinchieri no estaba nada conforme con su actitud y así lo explicó, al compararle con otros de los jóvenes del equipo. "Tenemos tres jugadores como Sasha Grant, Matej Rudan y Jason George. Grant ha jugado duro, con un más/menos increíble y solo ha anotado un punto, creo, pero él quiere convertirse en profesional. Lo primero que tienes que saber cuando eres un jugador joven con talento es lo que se necesita para llegar a ser profesional. Grant y George están trabajando duro e intentan ganarse cada minuto en la cancha y respetan a sus compañeros. Matej no ha entendido eso". Directo.

Un recado para su prometedor jugador. Una lección para que mejore, tal y como confirmó a continuación. "Si yo no reacciono a su mala actitud, no sería un buen entrenador y no le ayudaría. Los jugadores jóvenes necesitan un guía. A lo mejor soy un guía duro, pero en mis 25 años de carrera no he visto a ningún jugador joven y con talento tener éxito permaneciendo en su zona de comfort", añadió al respecto.

No quiere a su plantilla acomodada. Andrea Trinchieri entiende que hay que ir planteando retos cada vez más exigentes para ir mejorando. "Los jugadores deben tener diferentes impulsos a lo largo de la temporada, porque la rutina mata".

Y es que este milanés de 53 años considera clave en el camino hacia el éxito saber adaptarse lo más rápidamente posible a las nuevas e inquietantes situaciones y así se lo traslada a sus plantillas. "Desarrollar nuevas habilidades debería de ser trending topic en estos momentos" comentó en una ocasión. "Es obligatorio, yo lo que realmente quiero no es solo aceptar los desafíos, sino también aceptar los cambios. Y para encarar algo que al principio parece difícil, algo que probablemente dirías "ah, pero no estoy acostumbrado a esto". Sí, no estás acostumbrado, pero, ¿y si consigues acostumbrarte? Solo puedes mejorar. La zona de confort en cualquier trabajo derrota al talento".

El resucitador de Baldwin

Así ha conseguido sacar lo mejor de jugadores que en otros sitios no han brillado. Un buen ejemplo es Wade Baldwin. El baskonista llegó a Munich procedente de un Olympiacos donde pasó con más pena que gloria. El exterior firmó con el conjunto griego unos discretos números. 5,5 puntos, 1,8 rebotes, 1,8 asistencias, con un pobre porcentaje del 26% en triples y un 63% en tiros libres para una valoración de 4,3 fueron sus registros en El Pireo. Pues bien, de la mano de Trinchieri multiplicó en gran medida dichos registros el pasado curso en Múnich. Baldwin promedió en la capital bávara 15,3 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias y 13,4 puntos de valoración. El italiano había obrado el milagro. Es un resucitador del talento escondido.

No estaría de más conocer la pócima utilizada en su día con el estadounidense para que despegue con el Baskonia. De hecho, Baldwin no se parece para nada en Vitoria a ese jugador que deslumbró en Munich. Los números así lo confirman. Ha bajado en todos los aspectos. 10,6 puntos, 3 rebotes, 2,8 asistencias y 8,6 de valoración promedia en Euroliga.

La química con el entrenador seguro que algo tendrá que ver. Así lo entiende el propio Trinchieri, quien ya ha asegurado en más de una ocasión que su trabajo no consiste solo en ganar partidos sino que debe "mejorar individualmente a cada jugador". Para conseguirlo, el preparador de Milán aboga por la claridad en los mensajes -desde las broncas a apelar a los sentimientos más nobles- y siempre de una forma directa. El italiano dice las cosas a la cara del jugador, aunque eso sí tratando de coartar lo menos posible su libertad, dentro del sistema por él impuesto. "Los jugadores son como artistas, no hay que cohibir su creatividad porque entonces pasan a ser empleados".

Trotamundos con seis idiomas

Es la magia de Trinchieri. Un entrenador capaz de hacer brillar a un grupo de lo más diverso como el Bayern. Y es que este técnico de aspecto bohemio y trotamundos por vocación, que habla seis idiomas -italiano, inglés, alemán, griego, ruso y serbio- quizá sea el idóneo para conjuntar la diversidad de un equipo como el bávaro. Desde pequeño se ha encontrado en un ambiente en el que han convivido diferentes culturas. "Por parte de mi madre, nuestra familia es de Europa del Este, mi abuelo fue el cónsul italiano en Boston; y por parte de mi padre, mis abuelos son de Kentucky. Así que básicamente soy un punto de fusión".

No le falta razón a este lombardo licenciado en Harvard que gracias al trabajo como diplomático de su padre ha podido viajar por toda Europa y también por parte de Asia. Toda una experiencia que ha ido forjando esa mentalidad abierta y a su vez dialogante que le ha servido para conectar y mejorar a sus jugadores. "Al final, un entrenador tiene que construir puentes, no muros. Entonces, si sabes a quién tienes frente a ti, de dónde viene, tal vez si tienes suerte de saber el idioma ya tienes un puente medio construido", admite.

Edad. 53 años (6/8/1968).

Trayectoria. Olimpia Milano (1998-2004), Gruppo Triboldi (2004-2007), Juvecaserta (2007), Veroli Basket (2008-2009), Cantù (2009-2013)

Grecia (2013-2014), UNICS Kazan (2013-2014), Brose Baskets (2014-2018), Partizan KK (2018-2020), Bayern de Múnich (2020-?).

"Los jugadores deben tener diferentes desafíos en el año, porque la rutina mata"

"No he visto a ningún joven con talento tener éxito permaneciendo en su zona de confort"

"Los jugadores son como artistas, no hay que cohibir su creatividad; pasarían a ser empleados "

"Un entrenador tiene que construir puentes, no muros, y está para mejorar a cada jugador"

Entrenador del Bayern Munich