- Después de una semana de pesadilla, horrible, bochornosa y en la que el Bitci Baskonia careció del carácter del que ha hecho su seña de identidad, toca levantarse. Cuatro derrotas consecutivas -Murcia, Unics, Zenit y Real Madrid- han dejado al equipo malherido. La pésima imagen dada además en varias fases de estos compromisos han provocado cierta incertidumbre en torno al proyecto de este año. La ilusión inicial generada por el equipo va diluyéndose. Toca recuperarla y por eso hay que disipar todas las dudas creadas en una semana fatídica cuanto antes.
El Maccabi de Tel Aviv debe ser la víctima que pague todos los platos rotos. No será fácil. Y es que mientras que el conjunto baskonista está inmerso en una pequeña crisis de juego y resultados, el conjunto hebreo va lanzado. Dos equipos con tendencias opuestas.
Los pupilos de Ioannis Sfairopoulos llegan al Buesa Arena en un momento dulce. El conjunto de Tel Avic es uno de los cuatro equipos que comparten la tercera plaza con cinco victorias y dos derrotas en su casillero, junto a Olympiacos, Real Madrid y el Asvel Villerbaune y se medirá al Baskonia tras enlazar cuatro victorias en Euroliga.
Después de ganar al Bayern a domicilio en la primera jornada (69-98), el Maccabi de Tel Aviv no cumplió los pronósticos y cayó en casa ante el Estrella Roja por 63-75, mientras que una semana después encajaron la segunda y última derrota hasta la fecha ante uno de los gallos de la competición como el Armani en Milán por 83-72. El resto de partidos, desde entonces, los ha saldado con victoria: Asvel, fuera, y Panathinaikos, Zalgiris y Barça en su feudo.
Además, hay que destacar que mientras los de Ivanovic han recibido tres severos correctivos en sus últimas derrotas, de -14 ante el Unics Kazan, -29 frente al Zenit y -18 contra el Real Madrid, el Maccabi de Tel Aviv se ha llevado sus últimos compromisos con autoridad. El conjunto de Tel Aviv se impuso hace dos jornadas al Zalgiris por 14 (76-62) y la pasada acabó con la imbatibilidad del Barcelona al arrollarle por 17 puntos (85-68).
El Maccabi de Tel Aviv impuso su potente físico ante los culés en un estratosférico primer cuarto. Los de Jasikevicius recibieron la friolera de 58 puntos en esa primera mitad, lo que habla bien a las claras del poderío anotador del conjunto israelí. Queda claro que el Baskonia no podrá desconectarse si no quiere que la locomotora del Maccabi de Tel Aviv le pase por encima.
Nunnally (17 puntos) y Wilbekin (16) fueron los ejecutores del Barça la pasada jornada. Sin embargo, el Maccabi tiene todo un arsenal en su plantilla. Jalen Reynolds y Ante Zizic, son toda una garantía bajo los aros. Su capacidad reboteadora puede ser clave a la hora de decantar el partido si se repitiese la sangría del choque ante el Real Madrid, cuando los blancos capturaron 20 rebotes en la canasta del Baskonia.
El conjunto azulgrana deberá estar acertado esta noche de cara al aro, ya que el Maccabi no es muy dado a dar segundas oportunidades al contrario. De hecho, los de Sfairopoulos son el equipo de la Euroliga que mejor cierra el rebote bajo su aro. Sus rivales, tan solo han sido capaces de coger una media de 7,3 rechaces por choque en lo que va de torneo, la cifra más baja. Es el poderío de sus torres en la zona. Es lo que hace tener a jugadores de la envergadura y fortaleza física de Reynolds (2.07 m) y Zizic (2.10).
Otro hombre a tener en cuenta en este Maccabi es Derrick Williams. El alero estadounidense promedia 10.9 puntos por partido con unos excelentes porcentajes del 45,9% en tiros de 2 y un 55,6% en triples. A Giedraitis y Fontecchio les tocará frenarle en un principio. Un trabajo duró. Deberán de dar un plus. Lo mismo que Marinkovic y Baldwin. Y es que cada vez más sus actuaciones son miradas con lupa en el Buesa Arena. Ambos deberán también levantarse y dar lo mejor de sí para disipar dudas. Es lo que toca.
El Maccabi es el equipo que mejor cierra su aro y sus rivales no pasan de los 7,3 rechaces ofensivos por partido
El conjunto hebreo llega tras ganar sus últimos cuatro partidos de Euroliga: Asvel, Panathinaikos, Zalgiris y Barça, a estos de paliza