El Baskonia no termina de ser un equipo redondo ni adquirir la velocidad de crucero necesaria para soñar con grandes gestas en esta temporada. En Murcia volvió a patinar, con el agravante de que cosechó su cuarta derrota en siete partidos en la ACB, un número impropio de un aspirante a ubicarse en la zona noble. Salió cruz en un epílogo no apto para cardíacos donde el cuadro de Ivanovic cavó su tumba por culpa de su mala defensa sobre los letales exteriores locales, varios erráticos ataques dentro del minuto final y, casualidades del destino, también por no estar en el bonus de faltas que hubiese enviado al UCAM al tiro libre.

Con el temor a sufrir una antideportiva y después de que tanto Fontecchio como Marinkovic hubiesen errados sendos triples para darle la vuelta a la tortilla, el Baskonia dejó consumir los últimos cinco segundos finales sin hacer falta y el triunfo se quedó en casa ante el éxtasis de los seguidores murcianos. Tras sobreponerse a una fatídica puesta en escena y quedarse sin el vital concurso de Giedraitis en el cuarto definitivo por un esguince de tobillo, el conjunto alavés murió en la orilla ante un UCAM que mandó casi siempre en el marcador agarrado a la electricidad de sus pequeños demonios estadounidenses.

Ivanovic buscó la reacción con un atípico y sorprendente quinteto sin sus dos cincosaunque lo más noticioso es que el fichaje estrella del verano (Baldwin) se convirtió otra vez en un espectador de lujo en el tramo de la verdad. En su nuevo rol como dos, el ex del Bayern sigue sin remontar el vuelo. Ni siquiera en su hábitat natural para destapar su talento está apareciendo un jugador cuyo lenguaje corporal no es el ideal y que recibió una técnica producto de la frustración por no salirle las cosas.

A minuto y medio

Quien sí mejoró sus prestaciones fue Costello desplazado esta vez al cinco, aunque el pívot nacionalizado marfileño no fue un recurso suficiente para contrarrestar el físico y el músculo de los pimentoneros. Una canasta suya puso por delante al Baskonia a minuto y medio para la conclusión (78-79), pero Lima dio la réplica en la siguiente posesión con una sencilla canasta debajo del aro que, a la postre condenó a los alaveses a la hoguera.

Se le indigestó el arranque de partido a un Baskonia que encajó un parcial de 12-0 en los primeros compases, fue incapaz de atar en corto a los eléctricos jugones del perímetro pimentonero y se mostró impotente para descifrar la pegajosa defensa -siempre al límite de la falta- puesta en práctica por los hombres de Sito Alonso. La tempranera segunda personal de Taylor, el mejor pistolero de la ACB, no impidió al Murcia plasmar su dominio y poner en serios aprietos al plantel vitoriano con un elevado listón físico en los contactos.

El oficio no basta

Tras el esfuerzo continental, la vuelta al frente doméstico no resulta sencilla y ayer quedó nuevamente constatado. Regresó el Baskonia inestable de los primeros compases de temporada al que le costó un mundo cogerle el pulso al choque y encima añadió un nuevo inquilino a la enfermería. Aun con las imperfecciones exhibidas en el Palacio de los Deportes, el único dato positivo es que el Baskonia se agarró a la velada como pudo, más por oficio que por buen juego. Cuatro minutos de sequía del anfitrión antes del intermedio le permitieron ver algo de luz, aunque finalmente adoleció de tablas y consistencia para asaltar el fortín de la revelación liguera.

Mientras el trío arbitral adquirió su cuota de protagonismo con técnicas a diestro y siniestro para castigar las protestas de unos y otros, las alternativas en el marcador fueron una constante. Fueron Granger y Costello quienes se echaron el equipo a la espalda en los momentos calientes con su mordiente ofensiva, aunque el rendimiento colectivo general volvió a resultar insuficiente. El uruguayo y Baldwin -de nuevo en su versión más inoperante- simultanearon su presencia sin que los dígitos ofensivos azulgranas se vieran disparados de la forma deseada.

Antes de que el partido desembocara en un cara o cruz, el técnico montenegrino perdió por el camino a Giedraitis por culpa de un esguince en su tobillo izquierdo. Al alero lituano se le dobló por completo la articulación tras recibir una falta de Davis viéndose privado el Baskonia de uno de sus mejores bastiones para el tramo de la verdad. Con tanto problema, nada podía salir bien.

Demasiada inestabilidad Al Baskonia se le indigestó por completo el arranque de partido ante un UCAM que consiguió 13 puntos de ventaja y siempre llevó la iniciativa gracias a la pegada de sus demonios americanos del perímetro. Pese a agarrarse a la velada tras el descanso, el conjunto vitoriano terminó ahogado en la orilla.

La lesión de Giedraitis Si Ivanovic no va sobrado de profundidad de banquillo tras las lesiones de Peters y Raieste, ayer perdió otro efectivo con el esguince de tobillo de Giedraitis. El contratiempo del alero lituano dentro del último cuarto resultó mortal de necesidad porque dejó al equipo sin una de sus grandes amenazas ofensivas.

Costello

Posiblemente su mejor actuación como azulgrana, aunque su empuje resultó insuficiente. Con su versión más multidisciplinar y guerrera, brindó soluciones como improvisado 'cinco'.

20

pérdidas

La fluidez del baloncesto azulgrana brilló por su ausencia en muchos momentos y el UCAM lo aprovechó.

Ivanovic Trató de buscar la reacción del equipo con un quinteto atípico sin la presencia de sus dos 'cincos' y conformó una atípica pareja interior formada por Costello y Sedekerskis. Baldwin se convirtió -con merecimiento- en un espectador de lujo en los minutos de la verdad y el técnico no encontró ningún salvador tras la lesión de Giedraitis, cuyo esguince de tobillo pasó excesiva factura en el epílogo.

Tras una falta de Davis, el alero lituano sufrió un esguince de tobillo en el minuto 32; su baja se dejó sentir en un epílogo no apto para cardíacos donde Lima sentenció con una doble

Al cuadro vitoriano le costó adaptarse desde el salto inicial a la excesiva intensidad del anfitrión y, aunque se agarró a la velada a base de oficio, terminó ahogándose en la orilla