- El Baskonia se encuentra esta noche (20.30 horas) ante una pintiparada oportunidad para refrendar la notable mejoría mostrada en la holgada victoria frente al Obradoiro en la ACB. Esta vez dentro del marco continental, comparece en el Buesa Arena un Panathinaikos que ha renovado drásticamente su fisonomía respecto a la pasada campaña y que en las últimas horas ha colocado la guinda del pastel con el fichaje de Yogi Ferrell, que a sus 28 años atesora una larga experiencia en la NBA y vivirá en Grecia su primer desafío en el Viejo Continente.
El base estadounidense, que no integró ayer la expedición del club del trébol hasta Vitoria ya que no llegará a Atenas hasta el jueves, se sumará así a una posición en la que Dimitris Priftis puede contar con jugadores de diferente perfil como Kendrick Perry, Daryl Macon, Eleftherios Bochoridis, Nemanja Nedovic e incluso Howard Sant-Roos, un alero con alma de director de juego.
Se trata de la primera semilla que el Baskonia ha de plantar en la Euroliga, donde un titubeante comienzo de temporada con las pésimas sensaciones mostradas en las derrotas ante Olympiacos y Armani ha reducido sobremanera el margen de error. Ante un rival venido a menos en los últimos años fuera de las fronteras, la necesidad de inaugurar el casillero de victorias en la presente edición continental es más que evidente.
Eso sí, los muchos jugadores que dieron un paso al frente en la victoria contra el Obradoiro encaran hoy un test de mayor dificultad para seguir alimentando su confianza. La muñeca de Fontecchio parece haber entrado definitivamente en calor, Marinkovic dejó algún fogonazo interesante desde el 6,75, Baldwin impuso un ritmo eléctrico al frente del timón y Giedraitis, que se apoderó de una inusual cifra de ocho rebotes, dejó muestras de que es una garantía a la hora de profanar las defensas rivales con su consabido instino asesino.
El hexacampeón de Europa, que había enlazado dos derrotas consecutivas al sucumbir ante el Mónaco y el Aris, aterriza en Vitoria con la moral por las nubes tras la increíble remontada que logró la semana pasada contra el Fenerbahce a través de la brillante actuación de Nemanja Nedovic (20 puntos y 3 asistencias), uno de los referentes del conjunto griego junto a dos clásicos como Ioannis Papapetrou y Georgios Papagiannis.
Sin embargo, el actual Panathinaikos -que sigue a la venta tras el deseo del ínclito Dimitris Giannakopoulos de traspasar sus acciones- tiene mucho que envidiar de aquel que maravilló a los amantes del baloncesto en la primera década del presente siglo. Su dominio en la Euroliga ha disminuido hasta tal punto que parece ni entrar en las quinielas para formar parte del Top 8, algo inimaginable hace unas temporadas.
El equipo dirigido por Dimitris Priftis, extécnico del Unics Kazan, ha poblado su plantilla de jugadores americanos sin gran fuste, entre ellos Kendrick Perry, Daryl Macon, Okaro White, Jeremy Evans y Jehyve Floyd. Sus limitaciones económicas han vuelto a amputar de pies y manos a sus dirigentes en un verano complicado donde estandartes como Mario Hezonja decidieron abandonar el OAKA hacia un nuevo destino. Su timonel en el banquillo se encuentra ahora ante el desafío de engrasar una maquinaria que, aunque no esté llamada a pelear por grandes metas en esta competición, puede poner en aprietos a cualquiera ante la anarquía de varios componentes.
Los últimos enfretamientos entre baskonistas y helenos llaman al optimismo de la afición local. Y es que en la pasada campaña el Baskonia se impuso en las dos ocasiones al Panathinaikos. Venció como visitante en el templo griego con un concluyente resultado de 82-97. Como locales, los azulgranas también se llevaron el gato al agua por 93 a 72 con las actuaciones destacadas de Vildoza y Alec Peters.nfo que suponga otro paso hacia la normalidad. En definitiva, el cambio de dirección que los pupilos de Ivanovic han de acometer pasa por sacar un triu
Dar continuidad a las virtudes atisbadas ante el Obradoiro se antoja algo necesario para evitar un nuevo tropiezo en el Buesa
La anarquía de sus norteamericanos en el exterior se compensa en las filas griegas con el oficio de Papapetrou y Papagiannis