Ayer no fue un día cualquiera para el Olympiacos, primer rival del Baskonia en la Euroliga este viernes en La Paz y la Amistad. El club griego despidió con todos los honores del mundo a su eterno capitán y, posiblemente, al mejor jugador que ha pisado las canchas continentales en la última década.

Vassilis Spanoulis, que al final de la pasada campaña anunció su retirada definitiva del baloncesto y en agosto de este año cumplió 39 años, recibió un homenaje a la altura de lo que significa su leyenda. El Dios griego posó para los medios en el centro de la cancha donde tantas lecciones ha impartido junto a todos los títulos izados con el Olympiacos, club en el que se alistó en el verano de 2010 procedente de su rival más irreconciliable (Panathinaikos) provocando la ruptura de su estrecha relación con Zeljko Obradovic.

Spanoulis se vio acompañado en el emotivo acto por su familia -su mujer Olympia y sus cinco hijos-, los actuales componentes del Olympiacos y también la plana mayor del club afincado en El Pireo, encabezada por los hermanos Giorgos y Panagiotis Angelopoulos. Lógicamente, nadie volverá a vestir más el mítico número 7 en el Olympiacos, un equipo obligado a reinventarse a partir de ahora sin la magia ni la clase de un mortífero base-escolta que estuvo 22 temporadas en activo ganando, entre otros títulos, tres Euroligas.

“Tuve un largo viaje en el baloncesto. Aprendí mucho, viví momentos que no podía imaginar. Creé mi familia, pero lo que he vivido es inimaginable. Experimenté momentos que finalmente me hicieron perder el cabello ”, fueron las primeras palabras de un emocionado Spanoulis.

En un alarde de sinceridad, el genio de Larissa desveló algunos aspectos negativos de su arrebatadora personalidad. “No siempre fui un buen compañero de equipo, lo que significa que fui muy duro con mis compañeros de equipo. Hablé con ellos y saben que lo hice por el equipo. Creo que inspiré a mucha gente a no rendirse nunca y hacer más de lo esperado”, resaltó el exterior griego, a quien Giannis Antetokounmpo envió un cariñoso mensaje. “Tienes una mentalidad asesina y aprendí mucho de ti. Sin Gallis, no habría un Spanoulis. Y sin Spanoulis, no habría un Antetokounmpo. Quiero tomar el testigo también en la selección griega”, concluyó la estrella de los Bucks.