El Baskonia no tuvo rival en el ParaPirastu y logró alzarse con el Trofeo Ciudad de Cagliari ante el Dinamo Sassari italiano, que plantó batalla pero tuvo que rendirse ante la evidente superioridad física y técnica de un equipo de Euroliga. La brecha existente entre ambos conjuntos, en cualquier caso, no resta mérito a la actuación de los gasteiztarras, que, liderados por un soberbio Peters -17 puntos y 4 de 7 en triples-, cuajaron una buena actuación coral y se impusieron sin sobresaltos al verdugo del Bayern de Múnich en semifinales.

En su afán de probar diferentes quintetos en busca de una rotación que permita sacar lo mejor de cada jugador, Dusko Ivanovic introdujo cambios en la alineación titular respecto a la utilizada en la semifinal contra el Napoli y apostó por Baldwin IV, Marinkovic, Fontecchio, Sedekerskis y Nnoko, una combinación que funcionó bien en los primeros minutos y permitió a Baldwin, a Marinkovic y a Fontecchio encontrar buenas situaciones de tiro y amasar la primera ventaja importante en el marcador con el 9-17.

El primer cuarto terminó con un 16-23 que dejaba en evidencia la superioridad de la plantilla del Baskonia, pero el Dinamo de Sassari, empujado por los ánimos de la afición local y aprovechando una serie de errores infantiles de Kurucs, logró encadenar un parcial de 11-0 en el arranque del segundo cuarto y obligar a Ivanovic a pedir tiempo muerto con 27-23 en el electrónico. El letón por ahora no está demostrando tener nivel para aportar en la ACB y en la Euroliga y, de hecho, en el tercer cuarto se ganó una bronca antológica de Dusko por cometer una falta innecesaria estando en bonus y lo envió de vuelta al banquillo sustituyéndolo por Fontecchio, a pesar de que apenas llevaba un minuto en pista.

Tras el tiempo muerto, el Baskonia reaccionó liderado por la dupla Giedraitis-Peters, que ya destacó contra el Napoli y que demostró estar dispuesta a asumir galones esta campaña. Gracias a tres triples del norteamericano, los gasteiztarras volvieron a distanciarse y llegaron al descanso con una ventaja de 34-46.

A Ivanovic le debió gustar el quinteto inicial, ya que en la segunda parte apostó por los mismos cinco jugadores, que volvieron a rendir a un buen nivel. De hecho, todos terminaron con buenos números. Baldwin, que derrocha calidad cada vez que toca el balón, registró 14 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, Fontecchio se quitó la espina del duelo contra el Napoli y se fue hasta los 10 puntos, mientras que Marinkovic, solvente en los dos lados de la cancha, logró también dobles dígitos con 11 tantos. Uno de los más destacados, que ya lo fue en la semifinal, fue Landry Nnoko, que consiguió otro doble doble con 13 puntos y 10 rebotes. El camerunés es un portento físico y pelea cada balón debajo de los aros, además de asociarse bien con Granger y Baldwin. Su aportación defensiva puede ser muy valiosa esta campaña, ejerciendo de intimidador y con suficiente agilidad para poder defender a su par lejos del aro.

Con el paso de los minutos y un reparto equilibrado del balón, el Baskonia fue ampliando su ventaja y Dusko se permitió premiar a los jóvenes Hanzlik y Cissoko sacándolos al parqué en el tramo final del encuentro, que terminó con un 72-84 en el marcador.